Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


Consejo que Cuba, ó mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque solos ni se hubieran rebelado, ni persistirían en la rebelión, que los yankees atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de allí al cabo, no sólo á nosotros los españoles, sino también á todos los latinos, sin excluir al Sr.

Hay, en particular, dos personajes subalternos, un pedante, doctor en Derecho, que cita á cada ocasión textos legales latinos, y un loco enamorado que se declara á todas las señoras que encuentra, y que recibe siempre calabazas, descritos con una vis cómica incomparable y una gracia extraordinaria.

Los bulliciosos «latinos» de la proa también estaban silenciosos y preocupados, como los navegantes que avistan una tierra nueva. Únicamente el Emir y algunos españoles que llegaban a la Argentina por segunda vez parecían contentos. La gaita pastoril sonaba lo mismo que las otras tardes en el silencio del mar, pero su dulzura bucólica tenía cierto temblor de sonrisa.

Se nota una comodidad incomparable; la animación discreta del gran mundo, temperada aún por la corrección nativa del carácter inglés; una civilidad serena, sin las bulliciosas manifestaciones de los latinos; la tranquila conciencia de estar in the right place... Corren por la sala, más que los nombres, rápidas miradas que indican la presencia de una persona que ocupa las alturas de la vida; en aquel palco a la derecha, se ve a la princesa de Gales con su fisonomía fina y pensativa; aquí y allí, los grandes nombres de Inglaterra, que al sonar en el oído, despiertan recuerdos de glorias pasadas, generaciones de hombres famosos en las luchas de la inteligencia y de la acción.

También penetró en Francia, desde el año 1540, esta afición á infundir nueva vida á las comedias y tragedias antiguas, divulgadas ya las traducciones de dramas griegos y latinos. Verdad es que esto aceleró la decadencia del drama religioso.

Así, los que leen la traducción de Caro, encuentran en ella el mismo sabor delicioso que se desprende de la lira del cisne de Mantua, la misma fuerza y aquella suavidad exquisita e insuperable que ha hecho de Virgilio el príncipe de los poetas latinos.

Su rostro se contrajo con un gesto de desprecio y lástima. «¡Ah, los latinos!...» Todos son lo mismo; españoles, italianos, franceses. Todos han nacido para la misma cosa.

Los «latinos», como usted dice, Maltrana, somos bellamente ligeros, más «alados» que estas gentes del Norte. Se ve la influencia aristocrática de los conquistadores andaluces en los pies breves y graciosos de las sudamericanas. El indio también tiene el pie pequeño... Pero ¡quién sabe si el mundo no está destinado a ser una presa de los pies grandes!

Considerado como tal está el Pamphilus, que es uno a modo de drama, en exámetros y pentámetros latinos, remedando el estilo de Ovidio. Este drama viene inserto como apéndice en la edición del señor Krapf. Se ignora el nombre de su autor y la época en que se compuso, si bien puede creerse que no es anterior al siglo XII y que su autor hubo de vivir en algún monasterio del centro de Europa.

Recuerdo que en una conferencia que dio sobre Guatemala, con el propósito de reunir y vincular a los latinos residentes en Nueva York, tomó como tema las flores y los pájaros que adornaban el sombrero de una señorita allí presente, y sobre él hizo la pintura más hermosa que jamás haya leído de la naturaleza y de la sociedad centroamericana.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando