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Actualizado: 11 de mayo de 2025
En la farsa O clérigo da Beira notamos una escena picaresca, en que un clérigo va á caza en la noche de Navidad cantando himnos latinos religiosos, ya para sofocar los remordimientos de su conciencia, ya para ocultar á los transeuntes el objeto de su nocturna peregrinación.
De muy distinta especie son dos tragedias, impresas en Madrid en 1577, que escribió Jerónimo Bermúdez, fraile dominico de Galicia, bajo el pseudónimo de Antonio de Silva . Parécense á aquellos ensayos antiguos, de que hablamos, que intentaron imitar á los clásicos griegos y latinos, aunque revelan más gusto y poesía.
Hay algunos romancistas que en las conversaciones disparan de cuando en cuando con algún latín breve y compendioso, dando a entender a los que no lo entienden que son grandes latinos, y apenas saben declinar un nombre ni conjugar un verbo.
Otros, aunque latinos, desesperan De tocar del laurel solo una hoja, Aunque del caso en la demanda mueran. Vengase menos el que mas se enoja, Y alguno se tocó sienes y frente, Que de estar coronado se le antoja. Pero todo deseo impertinente Apolo resfrió, premiando á quantos Poetas tuvo el esquadron valiente.
PEDRO BURMANO, BENTLEIO, y otros semejantes son dignos de estimacion por el trabajo con que nos dan buenas ediciones de Autores Latinos, y por el zelo con que promueven las letras humanas; pero no son de alabar los cuidados que en sus notas ponen, deteniéndose lo mas del tiempo en corregir la palabra del Autor original, gobernados por sus propias reglas, y en impugnar á otros, porque no lo han hecho, sin cuidar de las sentencias, que es el punto principal en que se debieran detener.
M. Simeón, ministro del Interior e Instrucción pública, le remitió de parte del rey Luis XVIII una colección de los clásicos latinos de Lemaire con el lisonjero testimonio de la satisfacción de S. M., quien le concedía espontáneamente una pensión literaria, con cargo al presupuesto del fomento de la literatura; cuya pensión venía destinada a suplir en parte el pequeño sueldo que disfrutaba en la diplomacia.
A esta especie de reconvenciones llaman los Griegos Antistrephon, los Latinos reciprocum argumentum: en las Escuelas lo usan mucho, no solo en los dilemas, sino en otras maneras de raciocinios, y los llaman retortiones del verbo retorqueo.
En una de sus ensenadas estaba su pueblo natal y la casa de los Ferragut, cazadores de piratas moros en otros siglos, contrabandistas á ratos en los tiempos modernos, navegantes en todas las épocas, tal vez desde que los primeros caballos de madera aparecieron saltando sobre las espumas que hierven en el promontorio, desde que llegaron los griegos de Marsella para fundar Artemisión, la ciudad de la divina Artemis que los latinos llamaron Diana y tomó definitivamente el nombre de Denia.
La coleccion de manuscritos es riquísima é importante: los hay de muchos escritores latinos, españoles, franceses é italianos: los manuscritos del Taso que la biblioteca de Viena posee son preciosos y de gran valía: el número de manuscritos que enriquece la biblioteca se eleva á 16,000.
Si sabría griego, y cuanto sabía de este idioma, debe ser negado; pero que su lectura de escritores españoles, italianos y latinos, en particular de todo lo relativo á aquello que podía ser útil á su actividad poética, había sido grande, lo demuestra cualquier página de sus obras.
Palabra del Dia
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