Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de noviembre de 2025
No quiero que se enteren mis familiares, pues serían capaces de reírse; no quiero que sepa nada mi pobre Visitación... ¡Y yo no sé disimular!, ¡no puedo fingir alegría cuando estoy irritado...! ¡Qué infierno el que sufro! ¡No poder decir que he sido hombre, que he sido débil, como hecho de carne que soy, y que llevo conmigo los frutos de mi falta, sin querer separarme de ellos aunque la calumnia me persiga!
Miguel, que era el que atacaba, se sintió fatigadísimo; tanto, que lo hizo presente en voz alta, y los padrinos les obligaron a suspender y les dieron diez minutos de descanso. Durante ellos, Miguel se vistió el gabán y se fue a fumar un cigarro en un banco con la mayor tranquilidad, en la apariencia, en realidad muy irritado por aquel extraño procedimiento de su contrario.
Sánchez Morueta siguió su paseo á grandes zancadas, con la cabeza baja, como si fuese a embestir contra los planos y modelos de buques colgados de las paredes. De pronto se detuvo en la puerta de la habitación contigua, mirando con ojos feroces al secretario, que se había escurrido hasta su mesa para continuar el trabajo. El pobre hombre tembló al verse enfrente de su irritado principal.
En cuanto a la mujer española... La de los grandes tiempos místicos ha desaparecido; ha resucitado aquí, revestida de un esplendor nuevo, transformada, única, en este ser extraño, en esta clase sentimental a que pertenece sin duda la criatura que te ha enloquecido. Y te ha enloquecido porque no la conoces. ¡Tú sabes quién es! interrumpió Muñoz irritado.
Escudero montó en cólera, una cólera ciega. «¡Cómo! ¿Qué formalidad era aquélla? ¿No sabían que ya estaba agotado el presupuesto de los gastos de boda, que no se podía andar en los libros, que él era un hombre de negocios, un hombre de orden?» Doña Eugenia viéndole tan irritado determinó pagar con sus ahorros aquella suma y dejar en paz los libros de su esposo.
Sucédame lo que quiera, me pasará indudablemente menos de ello que de haberos disgustado. Venid dijo la dama , cuya voz tenía todavía el acento irritado, trémulo, conmovido. Y en paso rápido, fuerte, enérgico, tiró la crujía adelante, llegó á una puerta, abrió su pestillo con un llavín dorado, la pasó y repitió con impaciencia: ¡Seguid! ¡Seguid!
Tal vez en que ha irritado usted a un hombre rico y poderoso arrebatándole su único hijo, a quien idolatraba. ¿Cree Rafaela acaso que el viejo Machado es capaz de pagar sicarios para que me asesinen? Muy lejos está de creerlo, pero tal vez haya quien, sin esperar ni recibir salarios, ponga a usted asechanzas y atente contra su vida. ¿Y quién puede ser ese guapo?
En una de las algaradas de éstos, el padre San Agustín, irritado por los daños causados á sus feligreses, los persigue derrotándolos en sus mismos pueblos, que fueron saqueados y destruídos; siendo aquella la primera vez que los españoles llegaran hasta la laguna.
Tranquilo ya, pero irritado por el susto que su majadero amigo le había dado, comenzó a hablarle en tono malhumorado y despreciativo, mientras delante del espejo prodigaba a su bella figura, con el respeto debido, todos los cuidados a que era acreedora.
El conde, irritado, buscó al instante ocasión de acercarse a Fernanda y anudaron la plática de la noche anterior. Estuvieron locuaces, afectuosos. Fernanda contó con pormenores su vida de París. Luis se mostró singularmente expansivo, no ocultando la alegría de su corazón, hablando animadamente bajo la mirada iracunda de Amalia posada sobre él.
Palabra del Dia
Otros Mirando