United States or Saint Kitts and Nevis ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estas invitaciones al trabajo no se le dirijen en balde á Manuel Chaves, uno de los espíritus trabajadores é inquietos que afirman, frente á la Andalucía legendaria y pasiva, la Andalucía productora é inteligente. Desde el segundo ó el tercer número de El Liberal apareció la sección titulada «Cosas nuevas y viejas». Lo que comenzó en Enero acabó en Diciembre.

Palidecimos y nos sentíamos inquietos; al fin, el editor rompió el silencio con un chiste que, por pobre que fuera, recibimos con espontánea alegría. Cesó de repente el canto, y De-Hinchú, con un rápido y diestro movimiento, arrebató chal y seda, y descubrió, durmiendo pacíficamente sobre mi pañuelo, un diminuto arrapiezo.

La gente se lo preguntaba y no se daba contestación satisfactoria. Los amigos, y simultáneamente don Andrés Rubio, se mostraban inquietos. Sólo no se alteraba doña Inés. Su carácter estoico y su resignada y cristiana conformidad con la voluntad del Altísimo conservaban casi siempre inalterable la tranquilidad de su alma.

»Me miró asombrado, y como si no comprendiese que semejante idea pudiese ocurrírseme; yo me apresuré a explicarle mis palabras. »Respecto a los niños, cuando los veía en alguna de las calles de árboles echaba por otra. Es cierto que los chicos eran inquietos como todos los de su edad, y Carlos buscaba en sus paseos la soledad y el retiro.

Estas ambiguas palabras les puso aún más inquietos. D. Pantaleón sacó de los profundos bolsillos de su gabán un compás de gruesos y le midió la longitud de la cabeza. Luego leyó en voz baja los milímetros a Moreno, el cual torció el hocico. Tomó después el ancho, y su resultado tampoco les satisfizo. En ambos iba creciendo la inquietud.

Ni una nube en el cielo; todo era azul arriba y abajo, sin otra alteración que las franjas de espuma peinándose en los salientes de la costa y los inquietos oros del sol formando un ancho camino sobre las aguas. Un rebaño de delfines triscó en torno del buque como en los cortejos de las divinidades oceánicas. ¡Si siempre estuviese así el mar dijo el capitán , qué delicia ser marino!

Una atmósfera nueva se esparcía por las entrañas del buque. Respiraban los pechos otro aire, provocador de inexplicables suspiros. Los que hasta entonces habían dormitado tranquilamente, arrullados por las ondulaciones del Océano, se revolverían en adelante inquietos durante las noches tranquilas y estrelladas, no pudiendo conciliar el sueño.

Visanteta dio con un codo al cochero y le habló al oído. Era don Juan, el hermano de la señora, aquel de quien todos hablaban mal en casa, aunque con cierto respeto, llamándole por antonomasia «el tío». Los ojillos de don Juan, inquietos e investigadores, revolvíanse en sus profundas cuencas rodeadas de grietas.

Yo sospecho que los emperadores de la última dinastía se sintieron inquietos tal vez por la frecuencia con que llegaban á nuestras costas huéspedes de la misma talla, y trataron al viejo con brusquedad, sin considerar que el pobre venía atraído por los relatos de Eulame para establecer generosamente su civilización entre nosotros. Su cadáver dió poco trabajo para ser anulado.

Había, por ejemplo, en sus discursos una fuente hipervertical de la cual manaban rayos convergentes que nadie sabía qué mil diablos significaba ni de dónde la había traído, aunque la emplease como soberano recurso en las disquisiciones más profundas. Había también unas ínsulas metódicas y unas gravitaciones intermitentes que dejaban estupefactos é inquietos á sus oyentes.