Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 11 de julio de 2025
Y creedme, señora mía, que tan no ha tardado la penitencia de mi culpa, que cuando en ello reflexionar pude, de mí se apoderó el miedo de las consecuencias de haberos ofendido, no de otra manera que si hubiera ofendido a Dios, que todo lo ve y lo sabe. Sed, pues, tan grande en la indulgencia y en el perdón, como veo que lo sois en el amor que me mostráis.
La indulgencia pontificia en Lóndres es la indulgencia imperial en Paris. Aquí hay indulgencias; es bien seguro que en la otra parte del Estrecho no las habrá.
No; no está su envidiable superioridad en los respetos sociales, ni en la estimación pública, que, aunque aparente y mentida, es poderoso elemento de felicidad, porque hace que todos les guarden consideraciones y respetos; ni está en la tranquilidad de una vida sin afanes, que también los tiene el rico, y grandes y terribles, sino en la noble entereza que les da el dinero para rechazar los ultrajes, para no pedir a nadie favores ni indulgencia con mengua del propio decoro.
Recordando los pequeños detalles, las frases, los tonos de la voz y las miradas en las escenas críticas que le habían abierto una era nueva, sea dándole un conocimiento más profundo de las resoluciones y de las pruebas de este mundo, sea invitándola a algún pequeño esfuerzo de indulgencia o de adhesión penoso a un deber imaginario o real, ella se preguntaba continuamente si había sido censurable en algo.
Cuando estaba en Gaeta vi a los suizos, que son la guardia del Papa; pero ninguno me dijo ser él el inventor. Si yo hubiese sido Su Santidad prosiguió la tía María , hubiese premiado al inventor con una indulgencia plenaria. Siéntate, saladilla mía, que tengo hambre de verte. No contestó María , me voy. ¿Dónde has de ir que más te quieran? dijo la tía María.
Esto lastimó el amor propio de Olmedo más que si su amigo le hubiera llenado de insultos, porque todo lo llevaba con paciencia menos que se le rebajase un pelo de la graduación de perdis que se había dado. Le supo tan mal la indulgencia de Rubín, que salió tras él hasta la puerta, diciéndole entre otras tonterías: «¡Valiente hipócrita estás tú... narices! Estos silfidones, a lo mejor la pegan».
Así fue que sintió una especie de alivio cuando ella le respondió con indulgencia: ¿Por qué? Cuando no hay cálculo en ninguna de las dos partes, el corazón no conoce las balanzas. El que ama verdaderamente se da sin contar, y para las almas bien nacidas, el que da es todavía más obligado que el que recibe. Todo el mundo no lo juzga así...
Aunque él no merece lo que usted ha hecho, esto sirve para hacer resaltar más las virtudes de usted. ¡Oh! exclamó la elegida del Señor, confieso que mi deber era seguir el dictamen de usted; pero no he podido resistir á un poderoso impulso de indulgencia. ¡Oh! si siempre pudiera una salir victoriosa de sí misma....
Van enredados en unos rosarios, cuyas cuentas son de múltiples colores, y se pasan la vida consultando si las balas del ejército les harán daño, para lo cual suspenden en el aire una punta del rosario, y si el viento empuja éste á la derecha, las balas los respetarán; mas si es al contrario, castigan sus cuerpos para ganar indulgencia, pues los proyectiles pueden alcanzarles.
Es un resultado del aseo general, de la limpieza de las casas y de las personas. Vaya usted a San Sebastián. Se lo comen vivo... Hombre, por Dios, ¡qué argumentos!... Sonó la campanilla. «¡Ahí está!» dijeron todos, y Barbarita miró al lugar vacío que estaba destinado a Villalonga en la mesa. Este entró muy alegre, saludando a la familia, y dando un apretón de manos a Moreno. «Indulgencia, señora.
Palabra del Dia
Otros Mirando