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Actualizado: 26 de julio de 2025
Pero ¿qué motivo hay para enfadarse de ese modo? exclamó el marquesito . Que a usted no le gusta que vaya a su casa, ni quiere ser mi amigo... Bueno; para eso no tenía usted necesidad de venir con esos humos a llamarme estando con señoras. Bastaba con haberme enviado una carta. Si a usted le parece que vengo con humos debe tener presente que donde sale humo es que hay fuego.
Dábale yo la enhorabuena por su nuevo nombre, asegurándole que el nombre de Mármol venía de perlas después del de A. Polo, porque un APolo de mármol valía más que un APolo de yeso; tomándolo él a sátira, se puso tan furioso que me amenazó con escribir una sátira contra los humos de los nobles. Le pregunté si la sátira a los nobles se extendería a las ídem.
Verdad es que Petrona, con esos humos aristocráticos que tiene, la ha perjudicado más que nadie. Todo le parecía poco. Y ella misma, la misma Pepa, creía que por ser hermana de un ministro, iba a calzar con un Anchorena, como dice Del Campo en el «Fausto». Ilusiones... Pues bueno: como te digo, los jóvenes no la atendían, no la sacaban a bailar.
Pues como iba diciendo continuó Rafael , había aquí una soltera de edad madura, que no había querido casarse a gusto de su padre, ni su padre la había querido dejar casar a su gusto; este tenía muchos humos, en vista de que su hija se llamaba doña Pancracia Cabeza de Vaca. Ahora bien, esta noble parte del animal...
Y adiós, que va a salir el correo, y además tengo los pulmones de una rana en el porta-objetos del microscopio, y voy a ver qué casta de respiración gastan las señoras ranas. Acuérdate de rezar un poquito, ¿eh? y bajaremos los humos. La bendición de Dios y de San Ignacio sean contigo, chiquilla.
Segun él, ciertas personas habían aconsejado á S. E. aprovechase la ocasion para inspirar el terror y dar para siempre una buena leccion á los filibusterillos. Unos cuantos afusilados, había dicho uno, unas dos docenas de reformistas, enviados al destierro inmediatamente y en medio del silencio de la noche, ¡apagarían para siempre los humos de los descontentos!
Toda esta suficiencia, i buenas partes, vienen á hazer más ridículos los humos, que con ver aplaudir alguna comedia suya, adquiere un Cómico. Ya no tiene España ingenio, que se le iguale. Ya no ay necesidad de más estudio, ni de mas atencion, que la de escribir mas comedias, si es de los Noveles; i si es de los Veteranos, pasa á gloriarse de que es honra de su Patria. Habla con magisterio.
Sus festines y banquetes suelen durar dos ó tres días y noches enteras, poniendo su mayor magnificencia y explendor en la copia y fortaleza de aquel su vino, cuyos humos al punto se les suben á la cabeza y los privan de aquel poco juicio y sexo que antes tenían, por lo cual sus fiestas y alegrías acaban en riñas, heridas y muertes, porque los rencores y odios guardados y encubiertos ó disimulados mucho tiempo en lo más secreto del corazón por cobardía y temor, brotan y salen fuera en estas ocasiones y vienen á las manos con furia.
Además, las señoritas de la Lage, por su alcurnia, por los humos aristocráticos de su padre, y la especie de aureola con que pretendía rodearlas, por su belleza, eran blanco de bastantes envidillas y murmuraciones: cuando no se las motejaba de orgullosas, se recurría a tacharlas de coquetas.
Allí donde veo un orgulloso, le humillo; allí donde veo un ladrón, le mato; allí donde veo un intruso, le arrojo fuera. Amigo me dijo el inglés me parece que a usted se le van los humos de la manzanilla a la cabeza. Yo le digo como Lombrijón a Vejarruco: «Camaraíta, ¿eso que ha dicho es conmigo?». Con usted. ¿No somos amigos?
Palabra del Dia
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