United States or Pitcairn Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Juan Rana, según Caramuel el cómico más notable de cuantos hubo en el teatro español, floreció en los reinados de Felipe III y Felipe IV. Heredia, actor y director de compañía, ya muy famoso á principios del siglo XVII; su esposa, también muy renombrada, María de Heredia, le sobrevivió largo tiempo, y murió en Nápoles en 1658.

El honor, aquella quisicosa que andaba siempre en los versos que recitaba su marido, estaba a salvo; ya se sabe, no había que pensar en él; pero bueno sería que un hombre de tanta inteligencia como el Magistral la defendiera contra los ataques más o menos temibles del buen mozo, que tampoco era rana, que estaba demostrando mucho tacto, gran prudencia y lo que era peor, un interés verdadero por ella.

En el regazo de doña Celestina vio una masa amoratada que hacía movimientos de rana; algo como un animal troglodítico, que se veía sorprendido en su madriguera y a la fuerza sacado a la luz y a los peligros de la vida; Bonis, en una fracción de segundo, se acordó de haber leído que algunos pobres animalejos del mar, huyendo de sus enemigos más poderosos, se resignaban a vivir escondidos bajo la arena, renunciando a la luz por salvar la vida: en prisión eterna por miedo del mundo.

Admiró la hermosura del cielo y se estremeció con repugnancia al ver una rana. Todo lo que es bello le produce un entusiasmo que parece delirio: todo lo que es feo le causa horror y se pone a temblar como cuando tenemos mucho miedo. Yo no debí parecerle mal, porque exclamó al verme: «¡Ay, prima mía, qué hermosa eres! ¡Bendito sea Dios que me ha dado esta luz con que ahora te siento

Un tirante amarillo cruza el pecho del rapaz con la prosapia de una banda, y sujeta el calzón de pana, que no llega a los zuecos. En una mano sostiene el gorro catalán, que aún tocaba su cabeza al parecer en la antesala, y en la otra estruja una rana viva. ¡Santas y buenas noches! Saluda, Floriano. EL NI

Los aliados, por nuestra parte, seguimos creyendo que Inglaterra y Francia representan la libertad, la democracia, el derecho de pueblos, etc., etc. Es una nueva Batracomiomaquia, de la que el autor modesta rana beligerante le ofrece algunas notas a su público. Si los alemanes perdieron la guerra, no fue por culpa de los críticos germanófilos.

Y adiós, que va a salir el correo, y además tengo los pulmones de una rana en el porta-objetos del microscopio, y voy a ver qué casta de respiración gastan las señoras ranas. Acuérdate de rezar un poquito, ¿eh? y bajaremos los humos. La bendición de Dios y de San Ignacio sean contigo, chiquilla.

Prima, para darte gusto, voy a reventar de entusiasmo por imitar al público, como hizo la rana, queriendo alcanzar el tamaño del buey. Acabo de ser testigo de la ovación imperial que se ha hecho a esa octava maravilla. Cuéntanos eso dijo la condesa . Cuéntanoslo. Cuando bajó el telón, hubo un momento en que se me figuró que íbamos a tener una segunda edición de la torre de Babel.

Gallardo quedó enganchado por la mitad del cuerpo; y aquel buen mozo, fuerte y membrudo, con toda su pesadumbre, viose zarandeado al extremo de un asta cual mísero maniquí, hasta que la poderosa bestia, con un cabezazo, lo expulsó a algunos metros de distancia, cayendo el torero pesadamente en la arena, abiertos los remos, como una rana vestida de seda y oro.

¡Amigooó! dijo con voz ronca, quebrada como de rana, enseñando unos cuantos pesos mejicanos. Camaroncocido vió los pesos, y se encogió de hombros. A él ¿qué le importaban? El vejete era su digno contraste.