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Actualizado: 13 de junio de 2025


Es verdad que a ninguno fusila; eso estaba reservado a Rosas, jefe también del partido católico, pero los veja, los humilla, los ultraja, lo que no estorba que todos los viejos y las beatas dirijan sus plegarias al cielo por que la victoria a sus armas. Pero la historia de Gutiérrez no concluye aquí. Quince días después recibe orden de salir desterrado con escolta.

Soy de los hombres que el dolor no abate ni la implacable adversidad humilla; luz de esperanza en mis pupilas brilla, hirviente sangre en mis arterias late. Me enamoran los lances del combate y abandono a la mar mi fuerte quilla, buscando, como el nauta de Castilla, tierra que ante mis ojos se dilate.

En sueños, el avaro es generoso, y tal vez quien despierto no se desprende de un maravedí, para socorrer a un pordiosero, es capaz soñando de prodigar todas las riquezas de los Cresos y de los Fúcares. El cobarde puede soñar que es valiente. Hasta por lo mismo que despierto le humilla y le atormenta su incurable cobardía, en sueños se consuela creando y atribuyéndose el denuedo de que carece.

Y diciendo y haciendo, desenvainó una retahíla de copias pestilenciales, y por la primera, que era ésta, se conocerán las demás: Pastores, ¿no es lindo chiste, que es hoy el señor san Corpus Criste? Hoy es el día de las danzas en que el Cordero sin mancilla tanto se humilla, que visita nuestras panzas, y entre estas bienaventuranzas entra en el humano buche.

Este es un hecho de todos los paises y de todos los siglos; hecho indestructible porque está fundado en la misma naturaleza del hombre. El débil siente la superioridad del fuerte, y se humilla en su presencia; el genio no es el patrimonio del linaje humano, es un privilegio á pocos concedido: quien le posee ejerce sobre los demas un ascendiente irresistible.

Y es el día de las danzas en que el Cordero sin mancilla tanto se humilla, que visita nuestras panzas, y entre estas bienaventuranzas entra en el humano buche. Suene el lindo sacabuche, pues nuestro bien consiste. Pastores, ¿no es lindo chiste, etc. "¿Qué pudiera decir más me dijo el mesmo inventor de los chistes?

-Con todo eso, te has de sentar; porque a quien se humilla, Dios le ensalza. Y, asiéndole por el brazo, le forzó a que junto dél se sentase. No entendían los cabreros aquella jerigonza de escuderos y de caballeros andantes, y no hacían otra cosa que comer y callar, y mirar a sus huéspedes, que, con mucho donaire y gana, embaulaban tasajo como el puño.

Aquel espectáculo tiene una majestad imponente y sublime, que humilla y hace enmudecer en el primer momento, como una de las mas solemnes manifestaciones de la pujanza, la maravillosa eternidad reproductiva y los misterios de la naturaleza, siempre viva, trabajando y progresando aun bajo las formas en que se la cree muerta ó inanimada.

Las sienes coronadas de espinas están sobriamente ensangrentadas; el tórax, vientre y piernas de impecable forma, crean una vertical que expresa serenidad absoluta; la tirantez del peso no desgarra las palmas taladradas por los clavos; los pies al caminar no se han manchado en las losas de Jerusalén ni en los pedregales del Calvario, ni los clavos han podido desbaratar su delicada estructura; el tormento no ha desfigurado un músculo; el dolor no ha alterado una línea; aquel cuerpo, por donde resbalan unas cuantas gotas de sangre, esmaltándolo con sutiles hilos de púrpura, sería verdaderamente apolino con pagana hermosura si la cabeza aureolada de vago resplandor celeste, caída como flor tronchada, no diese idea del sacrificio sobrehumano y misterioso: el martirio ha profanado la belleza sin poder afearla, y cubriendo la mitad del rostro cae un ancho mechón de la melena que ensombrece la faz cual si el artista esquivara por imposible representar el último suspiro de una agonía en que quien es inmortal muriendo dignifica la muerte: ante esta imagen el creyente se humilla y el incrédulo se apiada; es triunfo soberano del arte donde se confunden en emoción intensa la poesía de la fe y el culto a la belleza.

Pepita contestó D. Luis , no es que su alma de Vd. sea más pequeña que la mía, sino que está libre de compromisos, y la mía no lo está. El amor que Vd. me ha inspirado es inmenso; pero luchan contra él mi obligación, mis votos, los propósitos de toda mi vida, próximos a realizarse. ¿Por qué no he de decirlo, sin temor de ofender a Vd.? Si usted logra en su amor, Vd. no se humilla.

Palabra del Dia

rigoleto

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