Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de mayo de 2025
Sacáronme del hueco de mi estatua; pusiéronme al frente de un partido, y fué Cador corriendo á Menfis, para traeros á Babilonia. Noticioso de tan fatales nuevas acudió el príncipe de Hircania con su exército á formar tercer partido en la Caldea, y vino á embestir al rey que le salió al encuentro con su desatinada egipcíaca.
Volvióse a la cama buscando el calor de las mantas, y acurrucóse entre ellas, escondiendo el rostro en las almohadas para pensar, para reflexionar, para meditar, para no mirar al hueco del balcón, donde le parecía ver al general Prim y a la cadina Saharí, y al eunuco estrangulado, dándose las manos, haciéndole cortesías, como hacen los actores cuando salen a la escena a recibir la ovación al final de un drama. ¡Y él, que se había despertado tan alegre, imaginando el medio de ocultar a sus acreedores los cinco mil duros ganados!
«Dice usted que ese José Izquierdo... Pero no quiero saber nada. Váyase usted». Ido había traspasado el hueco de la puerta, y Jacinta cerró de golpe, a punto que él abría la boca para añadir quizás algún pormenor interesante a sus revelaciones. Tuvo la dama intenciones de llamarle.
¡Qué desgracia!... murmuró ella llevándose la mano a los ojos, como para disimular una lágrima . ¿Y quién me va a mantener? ¡Yo! exclamó Relimpio dándose un golpe tan fuerte en el pecho que este resonó en hueco como una caja. ¡Usted!... ¡Ay, qué gracia! ¡Si usted más está para que le mantengan que para mantener! Trabajaré.
Yo estoy al tanto de todo, y conmigo, caballero, no valen los misterios. Juro a usted, señora, que no soy el que usted supone. ¿Ni tampoco el coronel D. Juan Bautista 6 Campos, que tiene en el hueco de la mano, como quien dice, a los voluntarios realistas de media España? Tampoco.
Ella le vio marchar entre satisfecha y desconfiada... ¿Sería aquella una verdadera conquista, al menos una ayuda para pagar la casa? ¡Y qué lástima que el diablo del hombre no tuviera veinte años menos! Don Quintín salió a la calle tan engreído y hueco como mujer fea a quien por casualidad chicolean en paseo. La cosa lo merecía.
Después de algunos momentos de conversación general, doña Gertrudis empezó a dormitar y los dos jóvenes se retiraron al hueco de un balcón a decirse los dulces secretos de todos los días, más dulces y más amables cuanto más se repiten. María estaba preocupada. Su novio, con la perspicacia del que ama de veras, lo notó al instante. ¿Qué tienes hoy?... Parece que estás agitada...
El duque se acercó a Biggs, el representante de una casa inglesa que entraba con parte muy considerable en la compañía y que capitaneaba el partido de la compra a plazos. Le echó familiarmente el brazo sobre el hombro y le llevó al hueco de un balcón, diciéndole con rudeza: ¿Conque ustedes empeñados en que nos arruinemos? Y comenzó a tratar el asunto con una franqueza que desconcertó al inglés.
Currita, sin perder su devoción, sintió ganas de tirarle del pelo. Entró a poco una señora con dos niñas, al parecer sus hijas, y una de estas, la más pequeña, fuese a arrodillar junto a Currita en el hueco vacío; mas la madre, advertida sin duda por otra señora que le habló por lo bajo, levantóse prontamente, tocó en el hombro a la niña y apártola de allí.
En este espacio estaba yo, que era el reo en aquella especie de juicio oral, y aún quedaba junto a la peña y casi enfrente de mí el hueco suficiente para otro oso descomunal que se entretenía en afilar las uñas en un canto gordo del suelo, mientras se pasaba la lengua por los hocicos y me miraba con ojos sanguinolentos balanceando la cabeza.
Palabra del Dia
Otros Mirando