Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de junio de 2025


Dominado por aquella tentación, vibrando con ella, cual un junco en el torrente, Ramiro no vio que la criada, describiendo un rodeo, se dirigía a tomar las babuchas en el hueco del muro. La mujer, al encontrarse en aquel sitio con una cabeza humana, lanzó un grito de espanto.

CALABACINES RELLENOS. Se quita la piel, se quita una de las puntas, y con el aparato de las patatas se vacían, dejando un hueco; se rellena ese hueco, siguiendo en todo el mismo procedimiento que en los otros rellenos.

En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formaban su república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo.

La silueta angulosa del vate se destacó en el hueco de la ventana, y pudo verse claramente que se llevó repetidas veces la mano al sitio del corazón, con lo cual el entusiasmo de la muchedumbre se convirtió en verdadero delirio. Un viento de regocijo, de pura y fervorosa alegría soplaba por el vecindario de la noble villa.

La vida ciudadana le había enseñado que un cuerpo humano no puede tomarse todo el espacio por suyo, antes necesita ceñirse a que otros cuerpos transiten por los mismos lugares que él. Chinto dejaba, pues, más hueco, se recogía, no se balanceaba tanto.

La hija estaba trabajando silenciosamente en el hueco del balcón. Fuera de los detalles corrientes de la vida, las dos mujeres no hablaban nada: estaban tan de acuerdo que no necesitaban palabras para comprenderse. La puerta se abrió y apareció Marenval detrás de Giraud.

Luna no vacilaba: la Ciencia, únicamente la Ciencia ocuparía el hueco de la religión, muerta para siempre.

Los jesuítas, con su astucia, adivinaron que había que dar al culto una atracción teatral, mezclar la liturgia con la opereta, y por eso sus iglesias, doradas, alfombradas y floridas como tocadores, se ven llenas, mientras las viejas catedrales suenan a hueco como tumbas.

En el centro mismo del límite meridional de la alta planicie que domina la llanura, hay un hueco cubierto de espesa maleza, como indicio de haber existido allí alguna puerta, y desde este punto de la esplanada parte recta al mediodia por lo bajo de la campiña una especie de calzada que finaliza en un objeto informe de fábrica de argamasa y mampostería, pié tal vez de algun robusto torreon de entrada. ¿Sería este por ventura vestigio de aquella segunda puerta de entrada al alcázar árabe, por donde pasaron á caballo D. Ordoño y su introductor Ibn Talmís? ¿Sería aquella otra brecha que hemos visto en el declive meridional de la plaza rectangular la subida á la plataforma donde se apeó el rey destronado? ¿Ó sería mas bien esta misma plaza aquel famoso terrado de los tres pabellones donde tantas cosas memorables acaecieron?... Ultimamente, aquella singular planicie, obra evidente de los hombres y no de la naturaleza, ¿es un mero terraplen, ó es el resultado de un hundimiento que conserve quizá intacta la planta baja de alguna construccion palaciana? ¿Quién podrá hoy saberlo?

Se unta con mantequilla un molde de modo que quede un hueco en el centro y se rellena con menudillos de ave, que se habrán partido y frito antes, o con un picadillo de jamón y ternera, también frito, o con pechuga de aves; se tapa todo con pasta y se pone al horno hasta que se dore. Se sirve caliente.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando