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Actualizado: 16 de noviembre de 2025


Dorotea entre tanto había cambiado de vestido y se había puesto en el hueco de un balcón á estudiar su papel de la comedia antigua, titulada Reina Moraima. ¡Oh! Tu calma me espanta, hija mía dijo el bufón.

En casa de Visita faltaban los moldes de cierto flan invención de la difunta doña Águeda Ozores; además, el horno de la cocina no tenía tanto hueco como el de la cocina de la Marquesa; en fin, no le adornaban otras condiciones técnicas, que no entendían ellos.

Los dos hijos de Materne se habían agarrado del brazo, como si tuvieran miedo de perderse, y su padre, detrás de ellos, apoyado en la pared y el codo en el cañón de la carabina, les miraba con satisfacción. «Están aquí, los estoy viendo parecía decirse el anciano ; son fuertes los muchachos; los dos han logrado salvar el pellejo.» Y el valiente guerrillero tosía en el hueco de la mano.

Ahora se hace con maquina todo eso, y de un vuelo de la rueda queda el redondel hecho un jarro hueco, y lo de mano no es más que lo último, cuando va al dibujo fino de los cinceladores.

Aquel espacio hueco, a modo de escotilla, que se veía en el último tercio de la cubierta, hacia popa, con bancos alrededor y reborde algo saliente que formaba el respaldo, técnicamente brazola, era el sitio para el que gobernara y personas que fueran con él.

Todos nuestros amigos estaban allí: los Marqueses de Oreve, Lacante, Kisseler, hasta el doctor Muret, que había hecho hueco entre dos consultas para darme esa prueba de amistad. Antes de hablar los había visto a todos, menos a Elena, y ya la acusaba por su indiferencia cuando la vi detrás de su padre, desde donde me miraba atentamente, creyendo, sin duda, no ser vista.

¿Está usted bien seguro de que es a mi hija a quien viene usted a prender? , señor, traigo orden de prender a la señorita doña María Elorza. Ruego a usted que me la entregue sin pérdida de tiempo. Aquí está dijo María saliendo del hueco del balcón y avanzando hacia el jefe de los esbirros.

Fortunata se quedó en ayunas de toda esta cantinela, pero por no contrariarle, respondía que . «Lo que es por padecer no ha de quedar, porque toda mi vida ha sido un puro suplicio... Pero ahora no te ocupes más de eso». Doña Lupe miraba por el hueco de la puerta entornada.

Pasmóse el duque, suspendióse la duquesa, admiróse don Quijote, tembló Sancho Panza, y, finalmente, aun hasta los mesmos sabidores de la causa se espantaron. Con el temor les cogió el silencio, y un postillón que en traje de demonio les pasó por delante, tocando en voz de corneta un hueco y desmesurado cuerno, que un ronco y espantoso son despedía.

La altura de aquel edificio negativo, ó edificio hueco, es de tres metros á lo mas; y en varios puntos de los techos hay troneras oblicuas arregladas de modo que el aire se renueve, aunque laboriosamente, sin que penetran la lluvia y los rayos directos del sol.

Palabra del Dia

vengado

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