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Actualizado: 29 de junio de 2025
¡Leve te sea el polvo! mis acentos No vengan tu reposo á perturbar..... Que ensalzando tu genio y tus virtudes Alta leccion al pueblo quiero dar. Que aunque yaces helado en ese lecho, Aun vive aquí tu espíritu inmortal, Como un perfume que la vida impregna Y pasa de una edad hasta otra edad.
Plutón ya no refunfuñaba al oír las recias pisadas de aquellos hombres. Hullin, muy pensativo, con la cabeza entre las manos y los codos apoyados en la mesa, escuchaba cuantas noticias le transmitían. Señor Juan Claudio, se nota gran movimiento hacia Grand-Fontaine; se oye galopar. Señor Juan Claudio, el aguardiente se ha helado. Señor Juan Claudio, varios me han pedido pólvora.
Y allí, delante del pobre Shumarkoff, salían del monte helado los colmillos, gruesos como troncos de árboles, de un animal velludo, enorme, negro. Como vivo estaba, y en el hielo transparente se le veía el cuerpo asombroso. Cinco años tardó el hielo en derretirse alrededor de él, hasta que todo se deshizo, y el elefante cayó rodando a la orilla, con ruido de trueno.
Vamos a ver, cualquiera en mi caso ¿no pensaría que íbamos a entrar en el terreno de la formalidad?... Pues nada, a los dos días voy por allá; intento hablarle aparte en calidad de novio y me da un bufido que me dejó helado.... Y así estoy. Ni sé si me quiere o si deja de quererme, ni tengo tranquilidad para dedicarme a mis quehaceres ni hago otra cosa que pensar en esa maldita chiquilla.
Volví a casa completamente exhausto y helado, pues, a pesar de haber llevado puesto mi gran sobretodo de lana, que usaba para los paseos en coche cuando estaba en Helpstone, no había podido evitar que se colara el viento frío y cortante. Permanecí dos horas completas sentado junto al fuego para reparar lo perdido, hasta que al fin volvió mi amigo.
A ratos vivió alegre, igual que un gorrión, este poeta loco, amador e indolente; otras veces, sombrío cual Clitandro doliente... Cierto día, una mano llamó a su habitación. ¡Era la Muerte! Entonces, él suspiró: Señora, dejadme urdir las rimas de mi último soneto . Después cerró los ojos acaso, un poco inquieto ante el helado enigma para aguardar su hora...
Volvió el piloto a tomar la altura, y vió que estaba debajo del norte, en el paraje de Noruega, y con voz grande y mayor tristeza dijo: "Desdichados de nosotros, que si el viento no nos concede a dar la vuelta para seguir otro camino, en éste se acabará el de nuestra vida, porque estamos en el mar glacial, digo, en el mar helado; y si aquí nos saltea el hielo, quedaremos empedrados en estas aguas."
En medio de aquella silenciosa semiobscuridad sentí caer sobre mis hombros un frío helado, sepulcral. El suave perfume del incienso parecía aumentar, con ese ambiente de increíble magnificencia, de melancólica soledad encantada, de opulencia extrañamente desproporcionada con la pobreza y suciedad que reinaba en la plaza exterior.
El caso era extraño, y Jacobo sintió renacer con mayor fuerza todas sus inquietudes; imposible era que el cochero se hubiese marchado sin cobrar, si alguien no le hubiera obligado o persuadido a marcharse; tuvo entonces un momento de angustiosa perplejidad, de verdadero miedo, que pasó por su ánimo naturalmente valiente, estremeciéndolo como a un cuerpo robusto un soplo helado.
«Pero él en su espada, con nervio pujante La patria y sus glorias sostuvo constante, Y nunca cobarde su espalda dobló: Miró su bandera de polvo cubierta, Miró de la lucha la arena desierta, Y entonces su frente soberbia rindió. «Su grande destino la muerte ha cortado! La causa camina, pero ¡ay! está helado El soplo de fuego que vida le dió!
Palabra del Dia
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