Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de junio de 2025


Por algún tiempo yo recibí cartas suyas, que mi madre me leía y yo no entendía, porque felizmente mi corazón dormía tranquilo sin que le despertasen amorosos cuidados; pero al año no vino de las Indias carta de Gaspar, y se esperó en vano que viniese, y tanto tiempo pasó, que se dio a Gaspar por muerto; y aconteció entonces que, pensando yo que por solamente se había partido a las Indias, y que yo, sin quererlo, había sido la causa de su desventura, empezó a labrarse en por él una primera afición y congoja; que se me representaba en sueños triste y enamorado, y tan macilento y pálido, que no parecía sino cosa del otro mundo.

5 Enfermar con el remedio, de D. Pedro Calderón, Luis Vélez de Guevara y D. Jerónimo Cáncer. 6 Los riesgos que tiene un coche, de D. Antonio de Mendoza. 7 El respeto en el ausencia, de Gaspar de Ávila. 8 El conde Partinuples, de Doña Ana Caro. 9 El rebelde al beneficio, de D. Tomás Ossorio. 10 El español Juan de Urbino, del licenciado Manuel González. 11 Lo que puede una sospecha, del Dr.

Y lo peor es que el D. Gaspar se enfurruña, y ya no quiere casarse, y dice que si topa en la calle al pobre hidalgo, le pondrá como nuevo. ¿Qué hacer? ¡Tate!... Aquí está el quid de la dificultad ¿Cómo desenredar esta enmarañada madeja?

El aperador había criado a Gaspar y se lo imaginaba siempre, desde que se marchó, rozagante y mofletudo, vistiendo un uniforme nuevo con adornos encarnados. Y al verle de distinto modo, todas sus ideas habían venido a tierra. En tal momento Hullin, alzando la voz, dijo: ¿Y nosotros, Gaspar, nosotros, tus antiguos amigos? ¿Nos vas a dejar en blanco?

El mismo Apolo de su ingenio trate, El le alabe, él le premie y recompense, Que el alabarle yo sería dislate. Al segundo llovido el Uticense Catón no le igualó, ni tiene Febo, Quien tanto por él mire, ni en él piense. Del Contador GASPAR DE BARRIONUEVO Mal podrá el corto flaco ingenio mio Loar el suyo asi como yo debo.

Un alférez he conocido yo, dijo doña Guiomar, que Gaspar se llamaba, y castellano y de Vitigudino era, y joven, y de no mal semblante y apostura. ¿Llamábase por acaso Gaspar de Valcárcel, señora mía? Sacado hemos al fin en claro que era el mismo que yo me pensaba el sin ventura, dijo doña Guiomar.

Creo, señor don Gaspar, que está usted muy equivocado, y no por qué se cree usted tan competente, indicó Carrascosa en tono muy grave. ¿Pues no he de serlo? ¡Yo, que paso las noches oyéndoles á todos, no saber lo que son! Vamos, que algunos que se tienen por muy buenos, no son más que ingenios de ración y equitación.

Y diciendo esto, el viejo sargento se acercó al mostrador y se bebió la copita de un solo trago. ¡A vuestra salud, ciudadano! ¿Acaso es usted el padre de Gaspar? No, soy un pariente. ¡Pueden ustedes jactarse de ser fuertes en la familia! ¡Vaya un ejemplar de hombre de veinte años! Así, a pesar de todo, él ha podido resistir, mientras que los otros caían por docenas.

Mal prevenido el gran Maestre de San Juan, Gaspar de Valette, no pudo resistir el furioso embate y repetidos asaltos de los genízaros; faltáronle municiones, vituallas y gente, obligándole la necesidad á capitular con seguro de las vidas.

Dos partes. 1 Cuál es mayor perfección, de D. Pedro Calderón, fiesta que se hizo á S. M. 2 Fortuna de Andromeda y Perseo, de D. Pedro Calderón. 3 Quererse sin declararse, de D. Fernando de Zárate. 4 El gobernador prudente, de Gaspar de Ávila. 5 Las siete estrellas de Francia, de Luis de Belmonte. 6 El platero del cielo, de Antonio Martínez.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando