Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de junio de 2025


¡Musas, decidme los nombres de los guerreros que allí cayeron ó salieron descalabrados bajo los garrotazos de los hijos magnánimos de Entralgo, porque yo no acierto á contarlos! , bizarro Angelín de Canzana, tumbaste de un estacazo en medio de la cabeza, al esforzado Luisón de la Granja, hijo del tío Ramón, famoso domador de potros.

Los insurgentes de Balmuff se habían lanzado con piedras y palos sobre la Universidad de su capital, apoderándose de ella sin más esfuerzo que repartir unos cuantos garrotazos entre los profesores femeninos y otros empleados de igual sexo que dependían del lejano y omnipotente Momaren.

Hoy, en cambio, el duelo es la equivalente de lo que será liarse a garrotazos en el año 2000, cuando, en vez de bastones, los hombres salgan a la calle con unos tubos de goma llenos de aire comprimido, de energía radioactiva, de café con leche o de lo que sea. Sigamos con esto del duelo. Un hombre hace una canallada; este hombre se bate y es un hombre de honor.

Yo mismo cogí el farol que estaba encendido desde mucho antes por un lujo de precauciones tomadas a falta de cosa mejor y más tranquilizadora en que ocuparme, y bajé de tres en tres los peldaños de la escalera; llegué al portón al mismo tiempo que se repetían en él los garrotazos, y con mano torpe y acelerada solté el barrote que le aseguraba por dentro, destranqué y abrí.

Si yo como la torta al pie del lar, la comes también, porque no te mantienes del aire, y si das garrotazos en las romerías, garrotazos sacudo yo cuando se tercia. Vete solo si quieres, que no será Quino de Entralgo quien te lo estorbe. Iba á contestar Nolo con otras pesadas palabras; pero el intrépido Celso de Canzana, temiendo que la disputa llegase á pelea, se apresuró á intervenir.

Que cualquier gusano de la madera que de noche sonase, pensaba ser la culebra, que le roía el arca. Luego era puesto en pie y con un garrote que a la cabecera, desde que aquello le dijeron, ponía, daba en la pecadora del arca grandes garrotazos, pensando espantar la culebra. A los vecinos despertaba con el estruendo que hacía, y a no dejaba dormir.

Don Paco no pudo sufrir más: fue corriendo a la puerta de la casilla, por fortuna vieja y desvencijada, y descargando sobre ella con todos sus bríos un diluvio de patadas, de puñetazos y garrotazos, consiguió en pocos segundos arrancarla de los goznes y derribarla por el suelo con estrepitoso sacudimiento, que hizo retemblar las paredes.

¡Arriba, perezoso, que ya es hora! gritar entre garrotazos sacudidos sobre los muebles, y taconazos y patadas en el suelo. ¡Pero, señor, si está amaneciendo! contesté balbuciente y restregándome los ojos. Eso es: será mejor levantarse al mediodía como hacéis en la ciudad.... ¡Fuera pereza! añadió con una risotada, tirando de un manotazo la ropa que me cubría, á los pies de la cama.

A lo que respondió Sancho, todo encendido en cólera: -Pues, señor doctor Pedro Recio de Mal Agüero, natural de Tirteafuera, lugar que está a la derecha mano como vamos de Caracuel a Almodóvar del Campo, graduado en Osuna, quíteseme luego delante, si no, voto al sol que tome un garrote y que a garrotazos, comenzando por él, no me ha de quedar médico en toda la ínsula, a lo menos de aquellos que yo entienda que son ignorantes; que a los médicos sabios, prudentes y discretos los pondré sobre mi cabeza y los honraré como a personas divinas.

Y se dió el caso que, saliendo una tarde el rey de los toros, á causa de haber intervenido en los desahogos de los blancos algunos constitucionales, se promovió un feroz escándalo, en el que hubo garrotazos, carreras y no pocos heridos. Con motivo de otras visitas de reyes se ha adornado después de 1823 el paseo del Arenal, alzándose en él graciosos arcos de follajes y vistosos transparentes.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando