Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de mayo de 2025


Al mismo tiempo dió un paso hacia la joven; pero ella retrocedió y sacando apresuradamente otro fósforo encendió la bujía. Luego se plantó delante de él erguida, altanera, pálida, clavándole con furor sus ojos llameantes. Hubo un momento de silencio. La cólera le apretaba la garganta, no dejando salir las palabras. Al fin exclamó con voz alterada, extendiendo la mano: ¡Sal de aquí, canalla!

Entonces se deslizó hasta la puerta de escape que la alcoba tenía en el pasillo y volvió a poner el oído. Al cabo de un momento pudo oír una respiración igual y serena. Un vivo estremecimiento corrió por todo su cuerpo al percibirla. Sintió un nudo en la garganta, pero un nudo de fuego: el corazón quería saltarle del pecho: apoyó las manos sobre él para apagar el ruido de las palpitaciones.

Pues nada... Verá usted... Mi hermana acaba de darme un golpe terrible... Fui a casa... Verá usted... Por la mañana le dije que no podía continuar de este modo..., que era necesario resolver uno u otro... Más de veinte veces quise pedirle a Fernanda la conversación...; pero cuando iba a hacerlo se me ponía un nudo aquí, en la garganta... Usted no sabe; aunque me matasen, no podía..., vamos, no podía... Si yo tuviese tanto pico como mi hermana... ¡Maldito sea!... Le dije que me hiciese el favor de decírselo a Fernanda de mi parte, y que me la diese o me desengañase de una vez... Pues bien..., verá usted...: quedó en decírselo esta tarde... ¡Yo no puedo continuar así, don Ceferino; crea usted que no puedo continuar!... Pues bien: quedó en decírselo.

Martín, sin decir nada, va a la puerta y corre el cerrojo; después vuelve a colocarse delante de su hermano. Su pecho jadea, como si quisiera sacar las palabras de lo más profundo de su alma. ¿Pero de qué le sirve eso? Su voz se queda en la garganta. Nunca ha sido elocuente el pobre rústico; ¿cómo encontrar de pronto conceptos expresivos para arrancar aquel extraviado a su locura?

Y como Sancho vio a la novia, dijo: -A buena fe que no viene vestida de labradora, sino de garrida palaciega. ¡Pardiez, que según diviso, que las patenas que había de traer son ricos corales, y la palmilla verde de Cuenca es terciopelo de treinta pelos! ¡Y montas que la guarnición es de tiras de lienzo, blanca!, ¡voto a que es de raso!; pues, ¡tomadme las manos, adornadas con sortijas de azabache!: no medre yo si no son anillos de oro, y muy de oro, y empedrados con pelras blancas como una cuajada, que cada una debe de valer un ojo de la cara. ¡Oh hideputa, y qué cabellos; que, si no son postizos, no los he visto mas luengos ni más rubios en toda mi vida! ¡No, sino ponedla tacha en el brío y en el talle, y no la comparéis a una palma que se mueve cargada de racimos de dátiles, que lo mesmo parecen los dijes que trae pendientes de los cabellos y de la garganta!

Miró al trasluz el líquido topacio del Jerez, y cerró los ojos al beberlo, afirmando que le cosquilleaba en la garganta. Pero su gran orgía, su fruto prohibido, fue el café.

El amor, como toda pasión vehemente y es el amor la más vehemente de todas es conciso en su expresión, monosilábico, casi mudo. La palabra muere en el nudo que la emoción forma en la garganta.

Tu patrona, hija mía, no figura en el calendario, y si no me equivoco, ha dado muchas veces la vuelta a la ciudad, con la cabeza rapada, y montada en una burra, con la cara vuelta hacia la cola... Barbero del infierno, tu garganta es demasiado estrecha para esas palabras; ¡por Cristo! te la voy a ensanchar.

Vestía traje sencillo de percal azul con pañuelo negro de seda anudado á la espalda, los cabellos sencilla y graciosamente peinados, los brazos un poco más fuertes y macizos de lo que exigiría un escultor, pero blancos é incitantes de todos modos, remangados hasta más arriba del codo; la fresca, mantecosa garganta al aire también.

Joven dijo el señor Tomás, apretando sus delgados labios. ¿Cómo se llama usted? ¡Tomás! La férrea mano del anciano resbaló desde la garganta al brazo de su prisionero, aunque sin disminuir la presión con que le tenía asido. Carlos Tomás, ven conmigo dijo luego. Y llevose a su cautivo al hotel en que se hospedaba.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando