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Actualizado: 22 de octubre de 2025


La escena pasa en el gabinete de don Juan. Las paredes están cubiertas de pinturas, fotografías y grabados que representan retratos de beldades célebres más o menos vestidas, y episodios de amor, donde se ven reproducidas todas las fases de la pasión: mitos sagrados, tradiciones históricas y engendros literarios. Psiquis se quema las alas en la antorcha del divino Eros; la fiel Penélope desteje su labor; el necio Candaules muestra a Gyjes la hermosa desnudez de su esposa Nyssia; Florinda y don Rodrigo, enlazados bajo un naranjo, dan pretexto a la venida del moro; Carlos I y Bárbara de Blomberg se abrazan enamorados y orgullosos, presintiendo que ha de nacer quien venza en Lepanto; la desvergonzada Lozana se deja tentar por un canónigo a quien pide dineros; Felipe II se exalta mirando el ojo sano de la

Y el capitán abandonaba su despacho que, por lo desarreglado y pobre, parecía un cuarto de marinería, sin más adornos que una mesa vieja, algunas sillas, un botijo en un rincón y algunas fotografías de buques en las paredes. Parecía imposible que allí se hablase de negocios que importaban millones.

Las fotografías representaban siempre los mismos personajes: las heroínas de Wagner. Leonora, adoradora rabiosa del genio alemán, hablando de él con intima confianza, como si le hubiera conocido, no quería cantar otras óperas que las suyas, y con el afán de abarcar la obra del maestro, no vacilaba en comprometer su prestigio de artista fuerte y vigorosa, interpretando los personajes delicados.

En el atrio, un mendigo se le aproximó, con esa solicitud de todos los parásitos que viven á la sombra de un monumento frecuentado por viajeros. De una barraca, situada junto á la escalinata, en la que se vendían fotografías y objetos piadosos, salieron corriendo dos chicuelas para ofrecerse igualmente. ¿El señor deseaba ver la casa de San Ignacio?...

El cajón está repleto de fotografías de monumentos y paisajes españoles, fotografías de cuadros del museo del Prado, fotografías de periodistas y actores, fotografías pequeñas, hechas por Laurent, de las notabilidades de 1860, daguerrotipos, en sus estuches lindos, de interesantes mujeres de 1850. Las paredes del estudio están adornadas diversamente.

=Los destructores.= Lecturas acerca de los animales perjudiciales a la agricultura, con grabados y 16 láminas fuera de texto, según fotografías de P. H. Fabre, y portada en color. En rústica, 5 pesetas; en tela, 7. =Los auxiliares.= Lecturas acerca de los animales útiles a la agricultura, con grabados y 16 láminas fuera de texto, según fotografías de P. H. Fabre, y portada en color.

Es que me gusta mucho el color de lila..., cae muy bien sobre un zapatito de charol tan mono como el de usted.... ¡Ay qué pie tan chiquitín!... ¡Si le sacara un poco más!... ¡Hija, qué hombre! Yo quisiera tener una fotografía de usted en esa postura, pero mirándome á . ¡Vaya un gusto! Ya se ve que . Pues también yo tengo fotografías, sépalo usted. ¡Hola! Y hecha por Pica-Groom.

La duquesa de Delille estaba orgullosa de este edificio y su reducido jardín, ante cuyas verjas de lanzas doradas pasaba todo el París elegante. Miguel conocía sus salones sin haber estado nunca en ellos. Los periódicos ilustrados que se ocupan de modas y de la vida de los ricos llevaban publicadas muchas fotografías del interior de esta casa en Europa y en América.

El cuarto era una liorna: las prendas de vestir se veían desparramadas por el suelo y sobre los muebles; todos los cajones abiertos y el espejo del lavabo tan salpicado del agua de la palangana, que parecía sudar de fatiga; un ligero tabique dividía la habitación en dos: la primera hacía las veces de despacho o pieza de estudio, con una mesa en el centro, en que andaban revueltos los libros y los papeles, advirtiéndose más novelas que textos y más álbumes de fotografías que cuadernos de apuntes; y la segunda, alcoba y gabinete a un tiempo, con el techo muy bajo y las puertas muy estrechas; todo modesto, casi humilde, pero aseadísimo, como que la escoba y el plumero de Pampa hacían maravillas, bajo la inteligente dirección de misia Casilda.

Este verano, en Biarritz, ella y el chico de Fonseca se ponían de un modo por las noches en la terraza del casino, que era cosa de sacar fotografías iluminadas. Allá Cobo, antes de irse, hizo también algunos cuadros disolventes en los jardinillos. ¡, ; bien me ha comprometido esa chica! manifestó Cobo en tono cómicamente desesperado. Ya no tenías mucho que perder.

Palabra del Dia

aprietes

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