Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Flora, avergonzada de su cobardía, viendo á Demetria hablar con ellos, volvió sobre sus pasos. ¡Qué diablo de hombres! exclamó riendo. Me habéis asustado. De poco te asustas, morena dijo Joyana acercándose á ella para saciar mejor sus ojos lúbricos. Y poniéndose almibarado, añadió: Tú sí que me tienes á mí asustado y encogido y muerto con esa carita de cielo y ese garbo y esa sal que derramas...
Con su paso pesado y balanceante avanzó hacia la cama, tomó la mano de Marta, su mano flaca y ardiente, cuyas uñas tenían un matiz azulado, y la miró fijamente. Después se sentó en el rincón más obscuro, detrás de la estufa, y permaneció allí encogido durante dos horas, dos largas horas. Yo esperaba, con el corazón palpitante, que él me dirigiera la palabra, pero guardó silencio como antes.
Si su padre se enteraba, ¡qué disgusto!...» ¿Per qué?... ¿per qué? preguntaba la muchacha. Y el mozo, cada vez más triste, más encogido, como un reo convicto que oye su acusación, nada contestó. Marchaba al mismo paso que la joven, pero separándose de ella, dando tropezones en el borde del camino. Roseta hasta creyó que iba á llorar.
Isidorito era un muchacho macilento y encogido, con hondos y precoces surcos en las mejillas, de pelo ralo y ojos saltones.
Cambiaba de vestido en un departamento de primera, ante las miradas de los pasajeros, satisfechos de ir con una celebridad, y pasaba la noche encogido sobre los almohadones, mientras los compañeros de viaje apelotonábanse para dejarle el mayor espacio posible. Todos le respetaban, pensando que al día siguiente iba a proporcionarles el placer de una emoción trágica sin peligro para ellos.
El cocinero mayor no oyó ni la mitad de la relación de la vieja; la noticia de que la Dorotea había muerto de repente, le había encogido, le había helado, le había dejado inmóvil, presa de uno de esos pavores que no se comprenden, si alguna vez no han pasado por nosotros.
Eran los picadores, rudos jinetes de aspecto montaraz, llevando encogido a la grupa, tras la alta silla moruna, una especie de diablo vestido de rojo, el «mono sabio», el servidor que había conducido la cabalgadura hasta su casa.
De pronto cayó en la arena, encogido como un gusano enorme de seda y oro. Cuatro mozos de la plaza tiraron torpemente de él hasta izarlo sobre sus hombros. El Nacional se unió al grupo, sosteniendo la cabeza del espada, pálida, amarillenta, con los ojos vidriosos al través de las pestañas cruzadas. El público tuvo un movimiento de sorpresa, cesando en sus aplausos.
La actitud del bufón, de aquel hombre pequeño, cuadrado, robusto, encogido como para arrojarse sobre una presa, y en el cual se adivinaban el valor, la fuerza y la agilidad del tigre, parecían indicar que iba á suceder allí algo terrible. Si queréis llevaros á esa muchacha, lleváosla dijo el sargento mayor, que tenía miedo ; preguntadla si yo la he violentado.
Palpábalo todo con gesto bobo y encogido, como si quisiera comunicar o pedir alguna cosa y no se hallase con ánimo. ¿Buscas algo? la preguntó el mancebo. Nada, señor; sólo que mi padre me manda llamar y miro porque todo quede bien aparejado para la noche.
Palabra del Dia
Otros Mirando