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La gran fatalidad del mundo, el hambre, sólo existe en la tierra; en el mar está evitada, se desconoce. Ningún esfuerzo de movimiento; nadie se cura de buscar la comida. La vida debe flotar como un sueño. ¿En qué empleará sus fuerzas el ser? En nada puede gastarlas, y las reserva para el amor. La obra real, el trabajo del gran mundo de los mares es: amar y multiplicarse.

Si es así, como yo lo deseo, mi amor despertará y se empleará todo en la hermosura del cielo, en Dios que le ha criado, en las flores, en la poesía, y quién sabe si hasta en la ciencia, dado que en mi estrecho cerebro de mujer quepan sus grandes verdades, sus oscuros misterios y sus temerosos problemas.

Se parecería á muchos ricos de la tierra si no empleara toda su fortuna en hacer bien. Aquí están sus obras. Ved los pensamientos, con sus caritas amarillas y sus caperuzas de terciopelo. Miran á un lado y á otro, mecidos por el delicioso aliento de la mañana, y tiemblan de gozo contemplándose tan guapos, tan saludables, tan vividores.

No, hija, es demasiado temprano para repuso el Príncipe que gustaba de levantarse tarde. Simón salta de la cama apenas clarea el alba y, además, eso no le empleará más allá de una hora.

Ya entonces no duda Peribáñez del peligro que amenaza á su honra, ni en ejecutar el proyecto, que ha concebido por esta causa. No es posible esquivar la orden del comendador. Sale, pues, al frente del destacamento, y promete solemnemente, delante del comendador, al ceñirle la espada, que la empleará en defensa de su honor.

El peatón que en el transcurso de algunas horas sube desde la base del monte hasta las peñas de la cima, hace en realidad un viaje más grande, más fecundo en contrastes que si empleara años en dar la vuelta al mundo, á través de los mares y de las regiones bajas de los continentes.

En media jornada habíamos hecho el camino en que yo empleara dos a la venida; verdad que habíamos andado como «chasques» y que la gente a quien comunicábamos la hora de nuestra salida de Manzanos, no podía creernos. Mi compañero me propuso llevar a cabo la hazaña de ponernos en un día desde la sabana en Honda, lo que haría nuestro viaje legendario.

Voy a preguntarle una cosa, respetable Sr. de Ponte: ¿en qué empleará usted los primeros cuartos de la pensión? En una obra de justicia y de caridad. Le compraré unas botas a Benina cuando parezca, si parece, y un traje nuevo. Pues yo le compraré un vestido de odalisca. Es lo que le cuadra, desde que se ha dedicado a la vida mora. ¿Qué dice usted? ¿Se sabe dónde está ese ángel?

El millonario adivinaba el pensamiento de su primo, acogiéndolo con un gesto desdeñoso. ¡Dedicar su vida á los de abajo: ser una especie de santo laico que empleara su fortuna, no en limosnas infecundas, sino en emancipar moralmente á los parias del trabajo, proporcionándoles el pan de la instrucción! ¡Fundar grandes escuelas, universidades, etc., como aquellos ricachones de que hablaba el médico!... ¡Bah! ¿Y qué placer podía proporcionarle esto?... Su egoísmo profundo de hombre de presa, sin otros ideales que la vanidad y el goce de su persona, se reía del doctor.

En vez de esto se puso a brincotear en las rodillas de Marner como si éste le propusiera una novedad agradable. Viendo que era necesario recurrir a los extremos, la metió en la carbonera y cerró la puerta temblando de que empleara una medida excesiva. Durante el primer momento no oyó nada; pero en seguida oyó un pequeño grito: ¡Abe, abe!