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Actualizado: 28 de mayo de 2025


Entonces, señor cura, suplico a usted dos letras para la abuela... Sería capaz de no creernos... Esperen ustedes dijo el cura lleno de condescendencia. Cogió una tarjeta y escribió debajo: «¿Por qué impedir el vuelo de un pajarillo? Hay más grandeza verdadera en lanzarse por encima de lo convencional que en permanecer obstinadamente atado a lo vulgar... »Todos mis respetos

Hexe-Baizel, al oír semejante proposición no pudo contener un gesto de extrañeza, y dijo: Nadie, desde hace veinte años, ha entrado en la cueva; bien puede él creernos bajo nuestra palabra como nosotros creemos bajo la suya que nos pagará; de modo que no tengo para qué encender la linterna.

En media jornada habíamos hecho el camino en que yo empleara dos a la venida; verdad que habíamos andado como «chasques» y que la gente a quien comunicábamos la hora de nuestra salida de Manzanos, no podía creernos. Mi compañero me propuso llevar a cabo la hazaña de ponernos en un día desde la sabana en Honda, lo que haría nuestro viaje legendario.

Sin ser esclavos por la ignorancia como los salvajes, somos, como ellos, físicamente libres sumergiéndonos en el agua; nuestros miembros no sufren el odioso contacto de las ropas, y con nuestro vestido dejamos también sobre la orilla una parto por lo menos de nuestros prejuicios de profesión ó de oficio; no somos ni obrero, ni comerciante, ni profesor; olvidamos por una hora las herramientas, libros é instrumentos, y, vueltos al estado natural, podríamos creernos todavía en las edades de piedra ó bronce, durante las cuales los pueblos bárbaros levantaban sus chozas sobre pilotajes en medio de las aguas.

Se ha ejercido tanto la crítica negativa en todos los órdenes, que por ella quizás hemos llegado a la insana costumbre de creernos un pueblo de estériles, absolutamente inepto para todo.

El tren partió, y la fresca lozanía de las llanuras badenses nos hizo olvidar en breve las tristes emociones que nos causaron los dos locos de tan distinto estilo. ¿Por qué no ser indulgentes con los locos enfermos, si á cada momento lo somos tanto con nosotros mismos, que por estar ó creernos sanos nos calificamos de cuerdos?

Palabra del Dia

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