United States or Samoa ? Vote for the TOP Country of the Week !


Antonio le dió gracias con efusión y estuvo muy tentado á aceptar la oferta, porque sentía un miedo de primera calidad. Pero se acordó de la cita con Soledad, la halló muy sabrosa y tuvo fuerzas para rehusar. Se las echó de valiente. Si no me quedo es precisamente porque no vayas á figurarte que le tengo miedo.

En seguida, con tono serio y penetrado: ¡Ah! dijo , si yo estuviese segura de que erais feliz, amigo mío, ¡cuan feliz sería yo también! En esto pensaba antes que llegaseis. ¿Es usted verdaderamente feliz? preguntole el joven con voz algo conmovida. ¡Feliz! ¡Feliz! ¡Feliz!... replicó ella con una graciosa efusión : y por usted, puede vanagloriarse.

Le lloró por muerto con verdadera efusión de hija desconsolada, y se aterraba de la orfandad en que iba a quedar cuando más necesitaba de una persona sesuda y discreta que la dirigiera. La impresión de vacío y soledad que sacó de la casa, poníala en grandísima tristeza. En la Cava Baja pasó por junto a un pianito que tocaba aires de ópera con ritmo picante y amoroso.

Horrorizados de tanto gasto y de tanta efusión de sangre, los hombres políticos clamarán, y claman ya muchos, por la paz y aun por el desarme; no porque Adam Smith y sus discípulos los hayan convencido.

Se confesó indigno de aspirar a su mano. Por fin manifestó que siendo ella tan digna de ser adorada y tan grande la ventura de poseer su mano, no creía hacer nada de más pidiéndola de rodillas a sus padres. Al propio tiempo dobló una. D.ª Carmen vino a levantarle riendo y le abrazó con efusión.

El peligro, a pesar de esto, aun continuaba. Pasados los primeros momentos de efusión, María llamó a su hermana aparte, a un rincón de la sala. Oye, ¿mamá se ha confesado? No. ¿Y por qué no has mandado llamar a un sacerdote?... ¿No veías que estaba en peligro? La verdad era que Marta apenas se había acordado de tal cosa. Además, tenía mucho miedo de asustar a su madre, y que esto le hiciese daño.

Oía los suspiros que daba el infeliz, y en una de aquellas aproximaciones, Maxi cogiéndole las manos, se las apretó con afecto. Algo había en el alma de Fortunata que respondía a tal demostración de ternura. Sentía hacia él cariño semejante al que inspira un niño enfermo, efusión de lástima que protege y que no pide nada.

Esta, miró a su vez al sobrino, y el semblante se le anubló, de pronto... Vamos, pues, ¿qué dices? ¡Que la quiero a usted mucho tiíta de mi alma, y que sufro de veras por la pena que la estoy causando! La abrazó repetidas veces, con efusión. Déjame, no me aprietes tanto... ¿De modo que... eso no te alcanza? ¡Habla, habla!

Y levantándose de su asiento, indicó a Santorcaz con majestuoso gesto la puerta de la sala; mas como D. Luis no tuviera humor de marcharse, porque todos los días se repetía la misma escena sin resultado alguno, preparábase a comer tranquilamente, dejando que se desvaneciera, como efectivamente se desvaneció, sin efusión de sangre, la ira de su honrado amigo.

Aquella noche obsequiaron a porfía a su libre prisionero Gómez de Aguilar y el Conde de Cabra. A la mañana siguiente salieron a acompañarle fuera de la 105 población. Llegó el momento de la despedida, y Aliatar se vio rodeado de una guardia de honor. ¡Con qué efusión estrechó entonces las manos de D. Pedro y del Conde de Cabra! 110 Me han vencido Vds., y, aunque estoy libre, me han maniatado.