Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 31 de mayo de 2025
Por allí, escalando esos picachos, descendiendo al fondo de esos desfiladeros, desafiando á cada paso la muerte y mostrandose insensibles á la fatiga, á las privaciones, á la intemperie, á todo, en fin, luchando á brazo partido con la naturaleza y con los hombres, sobreponiéndose á los sufrimientos físicos y á las pesadumbres morales, marchan nuestros bravos soldaditos alegres, orgullosos, indomables, con el mismo orden, la misma corrección, y la misma disciplina, que si solo se tratase de unas maniobras y no de una campaña que no tiene para ellos ni siquiera el aliciente de la gloria militar, por la despreciable calidad del enemigo.
Tampoco a Obdulia el agua la encerraba en casa, ni la entumecía: también alegre y bulliciosa corría de portal en portal, desafiando los más recios chaparrones, riendo a carcajadas si una gota indiscreta mojaba la garganta que palpitaba tibia; era de ver el arte con que sus bajos, con instintos de armiño, cruzaban todo aquel peligro del cieno, inmaculados, copos de nieve calada, dibujos y hojarasca sonante de espuma de Holanda; tentación de Bermúdez el arqueólogo espiritualista.
Las mujeres están como divorciadas de los hombres, pero, á pesar de esto, saben muy bien escribir sus billetes, dando citas á los que aman: grande es el riesgo para ellas, para sus amantes y para los mensajeros; pero desafiando ese peligro, se dan trazas hábiles con su ingenio y con su dinero para esquivarlos, y burlarse del Argos más vigilante.
Después de la ceremonia, salió Amaury de la iglesia con la cabeza erguida, como desafiando al universo mientras que el doctor caminaba con la frente inclinada, como queriendo desarmar con su humildad la cólera celeste.
Al siguiente día, el trasatlántico francés San Germán, que zarpaba del puerto de Santander, llevaba sobre cubierta un melancólico pasajero de barba rubia, que desafiando la crudeza de la temperatura y la desapacibilidad de la tarde, parecía embelesado en la contemplación de las aguas y de la costa. Iba pensando aquel pasajero: ¡Pero qué triste es el mar, Dios mío, y la tierra qué triste es!
Su mirada es decidida Y negra su cabellera; Y una sonrisa atrevida Del labio está suspendida Revelando una alma fiera. Lleva un facon en la falda, Lleva un poncho balandran Terciado por media espalda, Y del campo la esmeralda Huella en un potro alazan. El otro es Pedro de Obando, Compañero de fatigas De Zamora, y peleando Anda con él desafiando Las partidas enemigas.
Nadie falta a la revista del trabajo: todos corren, impulsados por el miedo al hambre, desafiando el peligro, no sabiendo si llegarán a la noche, si el sol que se eleva sobre sus cabezas será el último de su vida.
Referir aquí menudamente los autos de fe hechos por la farisáica Inquisicion contra los judíos en los siglos XVI, XVII i XVIII no es mi propósito, porque á mas de lo dificultoso de la empresa vendria á caer en prolijidad, i así solo me contentaré con citar aquellos en que salieron á recibir la muerte algunas personas principales, ó algunas que desafiando las iras del tribunal persistian al morir en su lei.
Por fin, algunas tardes, desafiando las miradas hostiles, fue con su niño al cementerio. Al principio le tenía cierto miedo a Teulaí, el terrible cuñado, para el cual matar era ocupación de hombres, y que, indignado por la muerte del hermano, hablaba en la taberna de hacer pedazos a la mujer y a la bruja de la suegra. Pero hacía un mes que había desaparecido.
El comandante, que estaba en el balcón junto al grande hombre, abrió los ojos con asombro y espanto, mientras le temblaban los bigotes, como si no pudiese contener una avalancha de frases de protesta. Pero el orador, uniendo la acción á la palabra, se había abrazado á él nerviosamente, desafiando con la mirada á un enemigo imaginario y dispuesto al fusilamiento. Además, era imposible hablar.
Palabra del Dia
Otros Mirando