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Actualizado: 17 de mayo de 2025
La primavera ha cubierto de verde follaje la desnuda vegetación invernal. Se oyen entre la enramada píos de amor. Todo es vitalidad, alegría, florescencia. La muchedumbre urbana invade el hipódromo, a presenciar la gran carrera del año. La tribuna popular forma una masa compacta, densa, apretada, inmóvil casi por falta de espacio para moverse, rebullendo sobre sí misma.
Un Presidente, cuando está por caer, ya no está sobre nadie, y depende de todos. ¡Pobre don Victorino, viejo, pesado, con su humanidad tan densa, tan maciza, rebulléndose para alcanzar su copa! Pero el hombre, como buen gaucho al fin, llegó hasta el mostrador. Don Victorino es de los que han sabido llegar a todas partes. A mí me es muy simpático. Bueno; ya he charlado bastante.
Era como si se hubiere abierto una ventana por donde penetrara un aire más puro en la atmósfera densa y sofocante de su estudio, donde su vida se iba consumiendo á la luz de la lámpara, ó á los rayos del sol que allí penetraban con dificultad, y donde aspiraba solamente el olor enmohecido que se desprende de los libros.
Ahora no había tiempo para nada.... Frígilis debía de estar ya en el Parque esperándole impaciente...». Pues señor, si en efecto son las ocho no he visto día más obscuro en mi vida. Y sin embargo, la niebla no es muy densa... no... ni el cielo está muy cargado.... No lo entiendo. Llegó Quintanar al cenador que era el lugar de cita.... ¡Cosa más rara!
Las sombras de la noche penetraron casi repentinamente y pronto me envolvieron en densa obscuridad. Por fin, después de no corto espacio de tiempo, encendí la luz y abrí la puerta. Rafael se hallaba en la galería, en el hueco de una ventana, y al verme, pareció despertar de un sueño. ¡Rafael...! exclamé; pero él me interrumpió, diciendo: ¡No me digas nada; no, ni a mí que soy tu mejor amigo!
Tendió los brazos en torno de él, apretándolo contra sus pechos nutridores y eternamente virginales, contra su vientre de nacarada tersura, en el que se borraban las huellas de la maternidad con la misma rapidez que los círculos en el agua azul. Una atmósfera densa y verdosa daba á su blancura un reflejo semejante al de la luz en las cuevas del mar...
La frondosidad era tan densa por algunos puntos, que era menester abrirse paso rompiendo y destrozando con la segur los enormes bejucos y demás plantas enredaderas que, formando festones y guirnaldas, pendían y se entrelazaban de unos árboles en otros.
Por la puerta entreabierta llegaba hasta Jaime una densa bocanada de respiraciones ardorosas, de sudor y ropas burdas. Experimentaba Febrer cierta simpatía por estas buenas gentes cuando las tropezaba por separado, pero la muchedumbre inspirábale aversión, y permanecía lejos de su contacto. Muchos domingos bajaba al pueblo para quedarse en la puerta de la iglesia, sin entrar en ella.
El rito comenzaba. Un obispo acercose al altar. Los diáconos le tomaron la admirable mitra cuajada de gemas simbólicas ofrecida por el Cabildo. Poco después densa nube de incienso ascendía en el espacio luminoso como en los primeros sacrificios de la Antigua Ley.
Pronto se cansaron los pasajeros de contemplar la cortina de bruma. Muchos creían ver en su densa superficie bultos negros que surgían de pronto y se agrandaban, siluetas de buques viniendo sobre ellos a todo vapor. Acabaron por resignarse, mostrando un valor fatalista; lo que hubiese de ocurrir era inevitable.
Palabra del Dia
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