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Actualizado: 19 de junio de 2025
De modo que aunque la decepción hubiese sido grande, no conmovió profundamente mi tranquilidad por buen número de días. Me expandía en un ambiente simpático a todos mis gustos y me regocijaba al calor de mi felicidad, como un lagarto al resplandor del sol. Mi prima tocaba muy bien el piano.
Con sus fuerzas, las de Guayca y la Cabrera, se encaminó hácia la Victoria: pero Monteverde, sabedor de este movimiento, se adelantó hasta San Mateo y le sorprendió, poniendo en desordenada fuga á sus soldados. En el punto que este movimiento del enemigo tenia lugar, una nueva decepcion ponia á Bolívar en inminente peligro y con él á la república.
Fermín era una prolongación de la Compañía que llegaba hasta ella. Sentía una amarga decepción de enamorada, al no poder pasar en la casa residencia del salón de visitas.
El goce animal les había hecho olvidar la realidad por algún tiempo; pero al sobrevenir el cansancio y la hartura, los dos experimentaban la misma decepción del enfermo que ve reaparecer sus dolores luego de un paliativo con el que creía sanar para siempre... ¡Y no había más! ¡Y la hora terrible estaba más próxima que antes!...
Simoulin, completamente solo, se consideraba preparado para toda clase de heroísmos. Yo también le había dicho Pierrefonds. El comandante consideraba una felonía abandonar la ciudad. Al declararse la guerra, había sufrido una amarga decepción viendo que no lo aceptaban para combatir en el frente, á causa de sus enfermedades de antiguo soldado colonial.
El viejo no puede gozar; y cree que en el goce no están las condiciones morales y elevadas de la vida; cree que es un sueño, una decepcion, un frenesí: hé aquí el censor perpétuo de la juventud. El egoismo es el carácter más universal y más profundo de la vejez, porque se refiere á objetos que tocan más inmediatamente su existencia.
Lo único que me extraña es ver en la mayor parte da estos versos algo así como una decepción amorosa, una melancolía de pasión sin esperanza. ¡Quién hubiese creído que el respetable Padre de los Maestros fuera capaz de tan frívolos sentimientos!... El profesor sonrió levemente. Ha acertado usted, gentleman.
Allí fue la primera decepción. La portera le dijo que efectivamente había vivido en la casa una chica que era del treato, pero que el mes anterior la desahució el amo porque no pagaba, y además por escandalosa y descarada.
Ya tengo bastante de Monte-Carlo. ¡Lo que dejo aquí!... Dinero, ilusiones... Miguel se muestra discreto. Cree oler en su amigo el desengaño inesperado, la decepción, que necesitamos olvidar para que no continúe atormentándonos. Se acuerda de Valeria, y no ve en la persona del catedrático el menor vestigio que denuncie el roce con la mujer.
Juguete de su ensueño, ella ceñía cada mañana a su frente pálida la corona de desposada y suspendía de su cabeza el velo nupcial. Con una dulce sonrisa disponíase luego a recibir al prometido ilusorio, hasta que las sombras de la tarde, tras el vano esperar, traían la decepción a su alma. Entonces tomaba un melancólico tinte su locura.
Palabra del Dia
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