Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de noviembre de 2025


Me ha invitado Pepe y nos llevará en su carruaje.... Si estás falto de apetito, tienes tiempo para hacer coraje. Lo menos hasta las dos no comeremos. El doctor subió por una escalerilla de madera con cubierta de cristales, que á través de un patio interior ponía en comunicación el entresuelo con el despacho del jefe.

Fermín echó una mirada al interior del Tabernáculo. Nadie. Los toneles inmóviles, hinchados por la sangre ardorosa de sus vientres, con el pintarrajeo de sus marcas y escudos, parecían viejos ídolos rodeados de una calma ultraterrena. La lluvia de oro del sol, filtrándose al través de los cristales de la cubierta, formaba en torno de ellos un nimbo de luz irisada.

Y la carroza seguía marchando bajo un sol radiante, que hacía centellear los cristales de los balcones, reverberando en el blanco caserío de la villa con transportes de felicidad.

En la escalera faltaban rejas, lo mismo que en los balcones, la bóveda de las habitaciones descascarillada, los tabiques resquebrajados, el tillado con agujeros, los cristales, emplomados a la antigua usanza, tan llenos de polvo que apenas consentían el ver al través de ellos; las paredes sucias también y de ellas colgados algunos cuadros oscuros, tan oscuros que no se conocía lo que el pintor había querido representar; las habitaciones, con pocos y antiquísimos muebles maltratados por el uso de las generaciones anteriores.

¡A las armas! ¡A las armas! gritaban por todas partes . ¡Eh! ¡Por aquí! ¡Mil centellas! ¡Que vienen! Cinco o seis disparos se sucedieron, iluminando los cristales envueltos en la obscuridad. ¡A las armas! ¡A las armas! Nuevos disparos se oyeron. La gente iba de un lado a otro, corriendo. La voz de Hullin, seca, vibrante, sobresalía dando órdenes.

¡Cuánto me alegro! dijo Fortunata por decir algo, y miró a la calle al través de los cristales, temiendo que le leyeran en la cara los pensamientos que la canonjía de su cuñado le sugería. «¡Lo que es el mundo! pensaba . Razón tenía D. Evaristo. Hay dos sociedades, la que se ve y la que está escondida.

De noche, ni ruido, ni claridad, ni espíritu viviente moraban allí. Un día de otoño del 72 alegrose de súbito el palacio; abriéronse puertas y ventanas; entraron aire y luz a torrentes, y los plumeros de media docena de criados expulsaron el polvo que mansamente dormía sobre los muebles. Luego sucedió traqueteo de sillas, lavatorio de cristales y preparación de luces.

Acababa de tomar café; estaba charlando con mi madre y mi hermana en esa pequeña galería de cristales que da a la huerta, cuando entró la Shele. Acudí a su encuentro, la pasé al despacho y cerré la puerta. Siéntate la dije. La muchacha se sentó y yo comencé el interrogatorio. ¿Hace mucho tiempo que estás en Aguirreche? , ya va a hacer mucho tiempo. ¿Cuántos años tienes? Diez y ocho.

El primero de dichos brazos terminaba en un ancho corredor o galería de cristales que miraba al patio. Toda la casa ofrecía el mismo desahogo, al igual de los antiguos palacios, por más que fuese construidaa en época relativamente moderna.

Los que ven de fuera los cristales, los ven tersos y brillantes; los que ven sólo los rostros, los ven alegres y serenos...

Palabra del Dia

aquietaron

Otros Mirando