Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Lo que semejantes confidencias debieron costarle a una conciencia sombría y por tan largo tiempo cerrada, adivinábalo yo y se lo agradecía con un ademán conmovido al cual sólo respondía él con una inclinación de cabeza.

«Cuando la acostaban, tocaba yo en el salón una melodía de Schubert. Ya estaba a punto de terminarla, cuando la señora Braun vino de su parte, a pedirme que siguiese. Por primera vez volvía Magdalena a oír música desde la terrible noche en que la música pudo costarle la vida. Accedí a su ruego, y cuando al terminar entré en su cuarto, la encontré sumida en una especie de arrobamiento. » ¡Oh!

El amaba la ciencia por ella misma, por sus goces, por la voluptuosidad egoísta de saber. ¡Viva la ciencia libre! ¿Qué le importaba aquel papelote, certificado de sabiduría, cuya conquista había de costarle dos años de miseria? Para ser filósofo no era necesaria la Universidad. Los grandes hombres admirados por él no habían sido profesores, no poseían títulos académicos.

Tenía que visitar á los amos, los hijos de don Salvador, y pedirles á préstamo un piquillo para completar la cantidad que iba á costarle la compra de un rocín que sustituyese al Morrut. Y como el aseo es el lujo del pobre, se sentó en un banco de piedra, esperando que le llegara el turno para limpiarse de unas barbas de dos semanas, punzantes y duras como púas, que ennegrecían su cara.

Habíanse establecido nuevos impuestos despreciando las reverentes reclamaciones de algunos meticulosos Cadís contra la manifiesta violacion del texto de la ley, y habia recursos mas que suficientes para atender á la obra proyectada por dispendiosa que fuera. La sola compra del solar habia de costarle una gran suma. Pero las primeras negociaciones encomendadas al katib Umeya fueron infructuosas.

Mamá, me ha dicho una persona bien enterada que en el purgatorio acaban de suprimir los pianos. Hasta allí se van mejorando las costumbres. Mamá, ¿será faltarte al respeto decirte que hoy te has echado muchos polvos de arroz? Mamá, si yo tuviese una hija, por lo menos un día a la semana, la dejaría dormir cuanto quisiera. Estos donaires, cuando subían de punto, solían costarle bastante caros.

JESSY. Sautriot mostróse encantado. Fué a recomendarme a la señora Grattemimi, directora de las Locuras Medianas. ¡Esto debió costarle mucho...! TALMA. ¿Supone usted que esa dama le pediría dinero...? JESSY. ¡Déjeme continuar...! Esto debió costarle mucho trabajo, porque a él no le gustaba relacionarse con la gente de teatro.

El pobre Yáñez, obligado a acostarse a las nueve, con una perpetua luz ante los ojos y sumido en un silencio aplastante que hacía creer en la posibilidad del mundo muerto, pensaba en lo duramente que iba saldando su cuenta con las instituciones. ¡Maldito artículo! Cada línea iba a costarle una semana de encierro; cada palabra un día.

Cualquier día van a costarle caras estas gracias dijo Lorenzo, contemplando a Melchor sobre cuyos hombros se veía a la distancia las puntas flotantes del pañuelo, agitadas por el vendaval que el Platero producía. ¡Ni potro que fuera... para sacarlo a don Melchor! se aventuró a decir Ramona, como si la agitara un hondo orgullo ante la proeza realizada por su patrón.

El nombre parece extraño; pero quizás no carezca de abolengo. Un filósofo podría, tal vez, descubrir cierta analogía entre ese término y la expresión popular de «costarle a uno un riñon», expresión demostrativa de que el pueblo considera también los duros como una especie de cápsulas subrenales... Pero todo esto son fantasías.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando