United States or Somalia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sus amantes son infinitos, y a ellos se entrega como cortesana que ni cuida de escogerlos, ni piensa en lo que le sacrifican, ni estima lo que les concede, ni repara en cuándo se lo quita.

La cortesana estaba proscrita por cara y peligrosa: pero se toleraba el padre pobre que transige con la prostitución de la hija, porque ayuda á ir viviendo y se oculta en la propia casa. ¡Ni amor, ni bailes, ni trato social entre los dos sexos; ni expansiones de la juventud! Aresti lo declaraba irritado: la vida estaba momificada en su país.

Pero se había olvidado de ello, y como un descuido basta á veces para producir consecuencias inmensas, he aquí que el duque de Uceda, á quien enamoraba doña Ana de una manera doble, como mujer y como instrumento, llegó, abrió, subió y entró en la cámara de la cortesana á tiempo que ésta reconocía al duque de Lerma. Ya hemos dicho que doña Ana estaba aturdida. Ni aun se la ocurrió desmayarse.

Solo ya, recapacitó Morsamor sobre lo que había hecho y casi se arrepintió y se afligió de su viciosa ligereza. Indigno del héroe que él anhelaba ser, hallaba aquel tan ruin comienzo de altas caballerías: entrar con engañoso recato en casa ajena como ladrón astuto, y todo para alcanzar los venales y fáciles favores de una cortesana.

Atravesó Versalles, la de los jardines de ensueño, cuna de reyes, de amores y de escándalos.... Salvador no estaba muy enterado de estos lances de historia cortesana; conocía vagamente un poco de todo ello, y apenas si aquellas memorias se asomaron un minuto a la niebla de sus pensamientos.

Quizás este antagonismo y contraste de ideales y aptitudes, dulcificado en la conversación por la urbanidad cortesana, fomentase en ambos, primero el trato y después el aprecio mutuo. No parezca el discurrir así entregarse a fantasías de la imaginación, pues se funda en suposiciones que tienen hechos por base; pero ¡qué hermoso debió de ser el encuentro de aquellas inteligencias!

1 Los sucesos de Orán por el marqués Ardoles, de D. Luis Vélez de Guevara. 2 Los bandos de Rávena é institución de la Camándula, de D. Juan de Matos Fragoso. 3 La cortesana en la sierra, de tres ingenios de esta corte. 4 Reinar es la mayor suerte, de un ingenio de esta corte. 5 El laberinto de Creta, de D. Juan Bautista Diamante. 6 La ocasión hace al ladrón, de D. Juan de Matos Fragoso.

De pronto, girando sobre sus corchos como en una mudanza de baile, Beatriz exclamó: ¡Basta de muertos! agregando con cortesana sonrisa: Bien que sois de sangre muy clara y que podéis referir grandes cosas de los agüelos; pero holgárame en oíros contar las vuestras algún día. Tiempo queda repuso el mancebo, sintiendo subir a sus mejillas inesperado rubor.

Don Juan rodeó la cintura de Dorotea. Dorotea se alzó radiante de dignidad. La mujer que ama no es la impura cortesana, la torpe comedianta que vendía sus favores dijo ; respetadme, don Juan, respetad en lo más noble que Dios ha dado á sus criaturas: el amor y la pureza del alma. Don Juan se retiró, no confundido, sino enojado. Dorotea, pensativa y triste, guardó silencio.

La noticia que doy de que Lope se casó con Isabel de Urbina, inmediatamente después de su vuelta de Inglaterra, se ve confirmada por la siguiente anécdota, por otra parte, insignificante, que cuenta en una carta sin fecha, porque no es posible suponer que, en caso contrario, refiriera de mismo lo que dice: «Quiero contarle á V. E. un cuento, y es, que llegando yo mozuelo á Lisboa quando la jornada de Ingalaterra se apasionó una cortesana de mis partes y yo la visité lo menos honestamente que pude.