Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Corneta era un cobarde, y que la próxima función sería buena. Llegué por fin a la Caleta, y allí mi alegría no tuvo límites.
Por la acera, las gentes andaban de prisa, no como personas que se pasean y a quienes la hora poco importa; cada cual con rumbo fijo, al grano de sus negocios, contando los pasos y los minutos. Y sobre todo aquel rumor de océano encrespado, resonaba el grito de los vendedores ambulantes y el toque de corneta del tranvía, que parecía la llamada pavorosa del juicio final.
Después de almorzar, bastante después, cerca ya de las cuatro de la tarde, apareció a lo lejos la silueta elegantísima del primogénito del Sr. Corneta. Se acercó sonriente, benigno, y todos pudieron admirar sus botas de gamuza, el pantalón de punto con botoncitos de nácar a los lados y la preciosa americana de franela que ceñía su talle.
Resaltan en el cielo azul diáfano el caserón rojizo del convento y la aguda torre de la iglesia. Una larga pincelada azul de las montañas, sobre otra larga pincelada negra de los olivos, limita el horizonte. De pronto rasga los aires la nota sostenida y metálica de la corneta del pregonero; ladran los perros; cacarean los gallos; llega el silbido ondulante, apagado, de un tren que pasa...
Tirso recordaba las palabras de la Escritura: Desaparecerá el impío como la tempestad que pasa; mas el justo es como cimiento durable por siempre. La esperanza de los justos es alegría; mas la esperanza de los impíos perecerá. Desde que Tirso despreció a Pateta por verle con uniforme de corneta de milicianos, según él contó a Paz, no pudo el chico refrenar la antipatía que le inspiraba el cura.
Nadie osaría poner en duda entre los convidados la inmensa superioridad de las señoritas de Corneta en cuanto a brillo aristocrático y gracia protectora. Sobre todo permaneciendo calladas tales cualidades adquirían maravilloso relieve.
A las 8 en punto y á toque de corneta sentáronse todos los comensales alrededor de las distintas mesas, y comenzaron á servirse los ricos manjares al par que las bandas de música del Cuartel General y Municipal, ejecutaban brillantemente las siguientes escogidas piezas: 1. Marcha Militar "General Monteagudo," Marín Varona. Banda del Cuartel General. Marcha "Paz Universal", Lampe. Banda Municipal.
780 Dice el refrán que en la tropa nunca falta un güey corneta: uno que estaba en la puerta le pegó el grito ahi no más: "Tabernáculo,... ¡Que bruto! Un tubérculo dirás." 781 Al verse ansí interrumpido, al punto dijo el cantor: "No me parece ocasión de meterse los de ajuera; tabernáculo, senor, le decía la culandrera."
Después este cabecilla, que dicen nombrarse Ducauron, ordenó y así se hizo, que fuera incendiada una báscula de pesar caña allí instalada. Terminada esta operación, un corneta dejó oir un toque muy breve que fué la señal de retirada. Todos á una abandonaron la población, no sin llevarse catorce cerdos de una pobre mujer, que estaban en un corral, dispuestos para ser embarcados.
¡Pobre país! dijo el extranjero . ¡Cuánta brutalidad! ¡Cuánto absurdo! ¿Se acuerda usted del pobre Haussonville que conocimos en Estella? Sí. Murió fusilado. ¿Y del Corneta de Lasala y de Praschcu que fueron de los que nos persiguieron cerca de Hernani? Sí. Esos dos habían salvado al cabecilla Monserrat de la muerte. ¿Sabe usted quién los ha fusilado? ¿Pero los han fusilado?
Palabra del Dia
Otros Mirando