United States or Eswatini ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y derrepente, cual gigante inmenso A quien dormido ataran al cordel, Despertaste rompiendo tus cadenas Como en el dia de ochocientos diez. Quien alza el grito? preguntó el tirano, Y trueno sordo retumbó á sus piés, Y la corneta contestó en la Pampa: «Yo soy el pueblo de ochocientos diez

Rodeado de dos colegas y admiradores, les explicaba el plan de Villeneuve del modo siguiente: «Mr. Corneta ha dividido la escuadra en cuatro cuerpos. La vanguardia, que es mandada por Álava, tiene siete navíos; el centro, que lleva siete y lo manda Mr.

Corneta tenía la misma elegante figura que un carnicero en día de fiesta. Pequeño, obeso, colorado, con gabán muy largo, las enormes manos aprisionadas por guantes de color de sangre. Llevaba la cabeza echada hacia atrás y hablaba a gritos.

Da el rio diversas vueltas de N á S: divisamos entre unos sauces, al lado del N, un indio á caballo, quien, para llamar los suyos, tocó una corneta: y como no viniesen, se desapareció de nuestra vista, por mas que lo llamamos. Hay á la parte del N una laguna grande. Anduvimos este dia por el Rio de Jujuy; 4 leguas, y por el Bermejo 7.

Alzad la noble frente, Que adornan las señales De la metralla ardiente, Alzaos del frio lecho, Con voces en el pecho, Latiendo el corazon. Rasgad con mano fuerte La fúnebre mortaja Con que os vistió la muerte, Y oireis la sorda caja Que toca ¡á bayoneta! La voz de la corneta, Y el trueno del cañon.

Con todo quiere Apolo, que esta gente Religiosa se tenga aqui secreta, Dixo el dios que presume de eloquente. Oyose en esto el son de una corneta, Y un trapa, trapa, aparta, afuera, afuera, Que viene un gallardisimo poeta. Volví la vista y vi por la ladera. Del monte un postillon y un caballero Correr, como se dice, á la ligera.

Se le pasó por las mientes la idea de que la Gorgheggi fuera un gran capitán, un caudillo de amazonas de la moral, de mujeres de rompe y rasga; y ella iría a su lado como corneta de órdenes, como abanderado, fiel a sus insignias.

Entonces el comandante Castillo, que con el corneta de órdenes había ocupado una posición sobre una altura, ordenó que la Infantería, perteneciente á la Compañía del Capitán Almeyda, avanzara sobre la posición ocupada por el enemigo.

Ha pasado la noche dolorosa, nuestra noche fatídica y amarga... Auras de paz retozan en la tierra y platean el cielo nuevas albas... En las yermas campiñas y en las selvas con la sangre del pueblo bautizadas, lanza el toque de diana la corneta y resucita la moderna Esparta...

Pasmóse el duque, suspendióse la duquesa, admiróse don Quijote, tembló Sancho Panza, y, finalmente, aun hasta los mesmos sabidores de la causa se espantaron. Con el temor les cogió el silencio, y un postillón que en traje de demonio les pasó por delante, tocando en voz de corneta un hueco y desmesurado cuerno, que un ronco y espantoso son despedía.