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Fácil es la contestación á todas estas críticas. Salta desde luego á los ojos, que, cuanto encuentra Cervantes de censurable en este capítulo, aunque justo, si se atiende á una parte de la literatura dramática española, es injusto haciéndolo extensivo á toda ella.

De repente, durante la comida, oímos un ruido como el roce de un cuerpo pesado contra los muros exteriores de la casa; inmediatamente después se sintió rascar y olfatear junto a la puerta del salón. Es Joaquín dijo Magdalena en contestación a nuestras interrogadoras miradas. ¿Desean verle?

¿Y no ha tenido usted ningún contratiempo en el camino? Ninguno. Aquí hay algunos papeles que hay que entregar al rey. ¿Quiere usted entregarlos o que se los entregue yo? No tengo más encargo que dar estos sobres y, si hay contestación, volverla a Bayona. ¿No es usted carlista? preguntó el general, sorprendido del tono de indiferencia de Martín. Vivo en Francia y soy comerciante.

Pero Salvador ya se alejaba, sin aguardar contestación, y Carmen se volvió al lado del moribundo, pensando en su amigo con agitación extraña, con vago arrepentimiento, mientras que doña Rebeca y su hija se oscurecían hacia un rincón, en amarga disputa.... Ya la muerte había llegado a la alcoba de Julio y se había aposentado encima de la cama.

Y en efecto, sin aguardar la contestación de Gonzalo, se dirigió a la mesa, tomó unos pliegos de papel que había sobre ella, se puso las gafas, y acercándose al balcón dió comienzo, no sin cierta emoción que se le traslucía en la voz, a la lectura de la carta. Estaba escrita en papel comercial, grande y rayado.

¡Bah! ya lo creo dijo el alférez cruzando con su palabra la contestación de Juan Montiño , es verdaderamente maravilloso; ya sabéis que yo meneo bien los hierros. por cierto. Pues bien, antes de venir aquí, supliqué á ese caballero tuviese la bondad de manifestarme su destreza, porque ya sabéis que don Bernardino es diestro. Yo no quería ser testigo de un asesinato.

Así fué; al mes siguiente, Edmundo Rostand, que trabaja muy de prisa, cumplía lo ofrecido, entregando á Claretie el manuscrito de «Les Romanesques». El poeta leyó su obra ante el Comité; la lectura duró una hora y quince minutos. Transcurrieron varios días sin que el fallo de aquél se conociese; molestado en su amor propio, Rostand reclamó de Claretie una contestación categórica.

Las dos señoras que viven con usted son muy intransigentes. Quería el joven evadirse, con esta salida, de la contestación enojosa que las palabras y la actitud de la santa parecían exigir. No me importa su carácter dijo ésta. Yo las quiero, son mis parientas y compañeras de toda mi vida. Después que yo tome una resolución irrevocable, poco me importa lo que ellas puedan decir ó hacer.

Y los Señores mandaron se ponga en limpio, y se pase en el momento por medio de una diputacion, que deberá componerse de los Señores, D. Manuel José de Ocampo y D. Andres Dominguez; á quienes encargaron muy eficazmente obtuviesen de S. E. pronta contestacion, por la cualidad del caso y sus circunstancias; quedando abierto el acuerdo hasta que regresasen. Volvieron los Ses.

«A la madre Misericordia, abadesa de las Descalzas reales . Del duque de Lerma . En propia manoId, id, Montiño dijo el duque ; id, llevad esa carta al momento á su destino, y traedme la contestación. Montiño salió casi sin despedirse del duque por obedecerle mejor, y su excelencia se quedó murmurando: ¿Qué habrán ido á hacer mi hija y Quevedo á las Descalzas reales?