Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de julio de 2025
Y ella, sin embargo, había ya llorado mucho para lavar con sus lágrimas sus pecados... Había ido muchísimo a la iglesia y quemado innúmeros cirios y cumplido las más duras penitencias... Creía que el secreto de sus faltas quedaba enterrado en el confesionario del cura párroco... Poco a poco las malas lenguas se habían cansado y acabado por dejarla tranquila... Comenzaba ya a respirar, vivía feliz entre el Príncipe y su hijo, creyendo que todo había acabado, cuando vuelve Delaberge y cae en su casa como un rayo... ¡Oh, sí, un rayo verdadero!... Cuando le vio entrar en la cocina se le agolpó toda la sangre en el corazón y estuvo a punto de caer redonda en tierra... Después ya no había podido conciliar el sueño, viviendo en una continua angustia y pareciéndole que estaba suspendida sobre su casa la amenaza de una gran desdicha.
»Después de esta escena fuimos los dos al cuarto de Magdalena, que nos recibió alegre y sonriente. ¡Estaba bien lejos de imaginarse que nosotros la considerábamos ya desde entonces como un cadáver, pues acabábamos de oír su sentencia de muerte!» «Anoche, Antoñita, tenía que velar su tío; pero, aunque a mí no me tocaba hacerlo, no pude conciliar el sueño ni por un instante.
»De noventa pulsaciones, bajó setenta y cinco; luego fortalecida de aquellas emociones que a cualquier observador superficial habrían parecido bastante menos intensas, se durmió, tal vez con el sueño más tranquilo que había podido conciliar desde la noche fatal en que Amaury la llevó desde el salón al lecho en que aun estaba acostada.
El otro dio las buenas noches y se fue a su cuarto para acostarse. Aquella noche, que Cordero contó entre las más infaustas de su vida, no pudo este dignísimo sujeto conciliar el sueño, porque le asaltó, a causa de las últimas palabras de su amigo, un pensamiento tan mortificante que le cambiaría de buen grado por la quebradura de todos los huesos de su cuerpo; de tal modo padecía su espíritu.
Tales proporciones alcanzó desde este punto el motín, que alarmadas seriamente algunas personas de mucha significación en la ciudad, se ofrecieron á ser medianeros entre las autoridades y la plebe desenfrenada; extremos que no se pudieron conciliar, porque esta última se negaba á todo lo que no fuera la inmediata libertad de los presos, y el Asistente, enojado contra ellos, decía: ¡que por vida del rey, que los tenía de ahorcar!
Brillaban á un lado las aguas del Guadalquivir; estendíanse al otro las faldas de Sierra Morena, sobre cuyas cumbres centelleaba una que otra estrella, como el ojo de un cíclope que está para conciliar el sueño.
Sin embargo, debajo de sus techos el sosiego era más aparente que real. Una gran parte del vecindario seguía durmiendo como antes a pierna suelta, pero otra no menos numerosa y estimable, sin saber a qué atribuirlo, despertaba varias veces en el curso de la noche y se pasaba en ocasiones una hora con la luz encendida leyendo los artículos de El Tiempo, sin lograr conciliar el sueño.
Por obra de la casualidad se producen a menudo contrastes muy curiosos que parecen chanzas muy pesadas del destino. Sobre la cómoda y debajo del mechero encendido del velón, había un rimero de cartas y periódicos que había puesto yo allí la noche antes para ir entreteniendo con su lectura mis largas horas de vela después que, pasado el ataque de asma, pudo conciliar el sueño mi tío.
Desconocer la obra de la democracia en lo esencial, porque, aun no terminada, no ha llegado a conciliar definitivamente su empresa de igualdad con una fuerte garantía social de selección, equivale a desconocer la obra, paralela y concorde, de la ciencia, porque interpretada con el criterio estrecho de una escuela, ha podido dañar alguna vez al espíritu de religiosidad o al espíritu de poesía.
Sólo un régimen democrático puede conciliar en su seno esas dos condiciones de la emulación, cuando no degenera en nivelador igualitarismo y se limita a considerar como un hermoso ideal de perfectibilidad una futura equivalencia de los hombres por su ascensión al mismo grado de cultura.
Palabra del Dia
Otros Mirando