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Actualizado: 27 de mayo de 2025


Si le hubieran dicho antes de dejar París que iba a estar ausente siete u ocho meses, ¿comería tan buenas codornices? Cuando esté curada o le ocurra otra cosa, usted vendrá a París y entonces trataremos de buscarle una clientela, porque estoy segura de que sus enfermos, a excepción de , no le reconocerán.

Los muebles no pecaban de suntuosos ni de abundantes, y en todos los rincones permanecían señales evidentes de los hábitos del último inquilino, hoy abad de Ulloa, y antes capellán del marqués: puntas de cigarros adheridas al piso, dos pares de botas inservibles en un rincón, sobre la mesa un paquete de pólvora y en un poyo varios objetos cinegéticos, jaulas para codornices, gayolas, collares de perros, una piel de conejo mal curtida y peor oliente.

No puedo precisarlo replicó Frasquito . que es una magnífica posesión, con monte, potrero, tierras de sembradura, ainda mais, el mejor puesto de Andalucía para codornices, cuando van a pasar el Estrecho. Allá nos iremos una temporada... Pero mi mujer, ni pa Dios quiere que deje yo este oficio de pateta.

Pudo Anita dormir en adelante la mañana, sin que nadie interrumpiera esta delicia; y pudo Quintanar levantarse con la aurora y recrear el oído con los cercanos conciertos matutinos de codornices, tordos, perdices, tórtolas y canarios. Si algo faltaba antes para la completa armonía de aquella pareja, ya estaba colmada su felicidad doméstica, por lo que toca a la concordia.

Y Fernandito, con resignada sonrisa, contestó: El vol-au-vent de codornices... Siempre se me indigesta. ¿Sabes? ¡Pues ya lo creo que lo , polaina!... Por eso tomo yo siempre vol-au-vent de sopa de ajo replicó Diógenes. Y cediendo a su instinto natural de desvergonzada capigorronería, añadió: Oye... ¿Y quién me lleva a luego en su coche, o Jacobo?

Los balcones del principal eran fiel remedo de los jardines colgantes de Babilonia, porque había en ellos muchos tiestos con flores, muchas matas que estaban en camino de ser árboles, juntamente con tres jaulas de codornices y dos reclamos, que por la noche daban armonía á toda la calle. En medio de esta selva y de estos gorjeos se veía una muestra de Prestamista sobre alhajas.

Se ponen a cocer con todo esto, y cuando están tiernas, pero que no se deshagan, se sacan, y una vez frías se colocan en la vasija donde hayan de conservarse sin nada de caldo, y se pone por cada doce perdices una pinta de vinagre bueno de vino y todo el aceite que necesiten hasta estar bien cubiertas. Codornices, malvices y conejos se escabechan igual que las perdices.

CODORNICES. Después de limpias se ponen con manteca de cerdo, y cuando principian a tomar color se añade caldo de cocido, vino blanco, sal, pimienta entera y hierbas finas; para servirlas se quitan todas las hierbas y se espesa la salsa con harina tostada.

Se envuelve y cose la piel, procurando darle la forma del pavo; se envuelve en un paño limpio, se ata o cose y se pone a cocer con agua y vino blanco por partes iguales, tomillo y hierbabuena, hirviendo más de una hora; se saca y deja en prensa hasta el día siguiente, que se corta en lonjas finas, y se sirve. Lo mismo se trufa la gallina y también las malvices, codornices y toda clase de pájaros.

Pero el joven marqués no entendía lo que aquello significaba, se aburría, y más de una vez se le escapó para preguntar a Narciso Luna si no pensaba ir este año a Álava a cazar codornices y si éstas eran tan gordas como las de Castilla, o bien se acercaba a Clara para decirle que dentro de algunos días esperaba de Londres la carabina que tenía encargada y que era una maravilla, al decir del amigo que allí se la había comprado.

Palabra del Dia

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