Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
"No es esta la respuesta, decian, por la cual se ha de entrar á la clemencia del Rey. Debíase omitir que el cura con sus feligreses saliese humillado, por estar esto bastantemente insinuado, envano esperado, y no haber otro remedio." Ofendidos, pues, con estas cosas, volvieron á la antigua obstinacion, y así dispusieron nuevas tropas contra el enemigo, en número de 400.
Pero ¡ah! cuando al versículo amenazador siguió el de la esperanza ¡con qué fe, con qué fervor escuchó la promesa de la infinita misericordia! ¡cómo, vertiendo copioso llanto, rogó a Dios, invocando su clemencia, que olvidase su justicia, recordando sólo su misericordia y su magnanimidad!
Soledad, por el momento, no tuvo ojos sino para esta madre complaciente. ¡Alcahueta! ¡asquerosa! murmuró con ira reconcentrada. Lo que tú buscas es enredar á Velázquez para que se case con tu hija. ¡Claro, como es rico, para él todo son mimos! ¿Qué te importa que una pobrecilla quede deshonrada y á la clemencia de Dios? Dos lágrimas saltaron á sus ojos que se secaron al instante.
Si bien se mira, no pueden los hombres con mas pureza manifestar su pequeñéz, su miseria, su esperanza, sus votos, sus ánimos, enderezándolo todo á reconocer la grandeza, magestad, clemencia y misericordia del Todo-Poderoso. El culto Gentílico á los Dioses era inmundo, vano, sacrílego, y mezclado de mil impurezas, como consta de las historias de ellos.
Enfin, dado han los cielos la sentencia De nuestro fin amargo y miserable, No nos quiere valer ya su clemencia. OTRO. Lloremos pues en son tan lamentable Nuestra desdicha, que en la edad postrera Dél y de nuestro esfuerzo siempre se hable. Marquino haga la experiencia entera De todo su saber, y sepa quanto Nos promete de mal la lastimera Suerte, que ha vuelto nuestra risa en llanto.
También se puso seria. ¡Es bien extraño! Cuando hubieron comentado largamente el caso, María le propuso entrar. Anda, niño, entra... Me arriesgo mucho, porque si mi hermana se entera me pone de patitas en la calle... y ya ves, me quedaría á la clemencia de Dios... Pero no importa: por todo paso con tal que tú no vayas á tener un disgusto. Mira que ese tío tiene muy malas tripas...
No les cuesta, pues, gran trabajo, decidirse a dejar este mundo cuando se les ofrece mil piastras y tres días para comérselas. Mi marido aceptó a los substitutos, asistió al suplicio e hizo las paces con el ingenioso Gu-Ly, llegando en su clemencia hasta invitarle a comer al día siguiente con los magistrados que se habían hecho sustituir.
Todo lo cual, mirado con el mas maduro acuerdo, y que esta pretension no se opone en lo mas leve á nuestra sagrada religion católica, sino solo á suprimir tanto desórden, despues de haber tomado por acá aquellas medidas que han sido conducentes para el amparo, proteccion y conservacion de los españoles criollos, de los mestizos, zambos é indios, y su tranquilidad, por ser todos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras tierras, y de un mismo orígen de los naturales, y haber padecido todos igualmente dichas opresiones y tiranias de los europeos, ha tenido por conveniente hacerles saber á dichos paisanos criollos, que si eligen este dictámen, no se les seguirá perjuicio ni en vidas ni en haciendas; pero si despreciando esta mi advertencia hicieren lo contrario, experimentarán su ruina, convirtiendo mi mansedumbre en saña y furia, reduciendo esta provincia en cenizas; y como sé decirlo, tengo fuerzas, pesos, y á mi disposicion todas estas provincias comarcanas, en union entre criollos y naturales, fuera de las demas provincias que igualmente están á mis órdenes, y así no estimen en poco esta mi advertencia, que es nacida de mi amor y clemencia, que propende al bien comun de nuestro reino, pues se termina á sacar á todos los paisanos españoles y naturales de la injusta servidumbre que han padecido.
Veíanse allí el Mundo, la Prudencia, la Vigilancia, la Razón, la Verdad, la Constancia, la Clemencia, la Fuerza, la Paz, la Religión y otros muchos personajes alegóricos . Los mismos Anales hacen también mención, en el año de 1532, de los autos sacramentales, que se acostumbraba representar en Sevilla en la fiesta de Navidad.
Los jueces discretos castigan, pero no toman venganza de los delitos; los prudentes y los piadosos mezclan la equidad con la justicia, y, entre el rigor y la clemencia, dan luz de su buen entendimiento.
Palabra del Dia
Otros Mirando