United States or Argentina ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ni los pollos nuevos cuando rompían el cascarón, ni los cachorros de la Linda, ni los recentales de la vaca, consiguieron nunca fijar así las miradas atónitas de Perucho. No podía él darse cuenta de cómo ni por dónde había venido tan gran novedad; sobre este tema, se perdía en reflexiones.

Sobre el apelmazado suelo de un corral, entre un cascarón de huevo y una hoja de rábano, cerca del medio plato donde bebían los pollos y como á dos pulgadas del jaramago que se había nacido en aquel sitio sin pedir permiso á nadie, yacía una pequeña y ligerísima pluma, caída al parecer del cuello de cierta paloma vecina, que diez minutos antes se había dejado acariciar ¡oh femenil condescendencia! por un D. Juan que hacía estragos en los tejados de aquellos contornos.

Afortunadamente, contamos con el apoyo de la esperanza... la esperanza buena y equitativa para todos, pues a todos los que vamos en este cascarón nos asiste por igual... Yo hago este viaje por ganar dinero, por el ansia de saber qué es eso de la riqueza; y no lo hago sólo por .

Cuarenta oficiosos wazires, con sus ochenta manos y ochocientos dedos, se precipitaban en tropel a poner en ejecución la voluntad del Sultán, cuando una vocecilla gangozuela, pero no del todo desapacible, que se dejaba escuchar dentro de aquel cascarón, como algunas veces el piar del polluelo en su huevo, dijo ahincadamente: No haga tal, hermano mío, poderoso Mohamad.

Era aquello un nido, una hechura de políticos, de periodistas, de tribunos, de agitadores, de ministros, y daba gusto ver con cuánto donaire rompían el cascarón los traviesos polluelos.

Lo que sigue es, palabra por palabra, de la mano que escribió los Apuntes: «Si entrara en los reducidos términos de mi paciencia el propósito de describir mi vida de colegiala con todos sus pelos y señales, larga sería aquí la lista de los lances curiosos en que intervine yo, por las intemperancias incorregibles de Sagrario y por la entereza glacial de Leticia; pero no van por ahí las corrientes que me empujan en este instante; y si menciono los nombres y principales rasgos de carácter de estas dos compañeras, omitiendo los de tantas otras, es porque conservé esas dos amistades durante toda mi vida mundana, y no influyeron poco en la calidad de ella, lo mismo bajo el cascarón de crisálida en el colegio, que cuando volé a mis anchas por el mundo con las alas de mariposa.

Roto el cascarón, Maximiliano se encontró más valiente y dispuesto a medirse con la fiera. Lo que antes era como levantar una montaña, parecíale ya como alzar del suelo un pañuelo. Oyó en calma los desahogos de su tía. ¡Cuántos argumentos se podían oponer a los que la buena señora disparaba con más ardor que lógica!

Por entre los dedos de la chica se escurrían aquellas babas gelatinosas y transparentes. Tuvo tentaciones Juanito de aceptar la oferta; pero no; le repugnaban los huevos crudos. No, gracias. Ella entonces se lo acabó de sorber, y arrojó el cascarón, que fue a estrellarse contra la pared del tramo inferior.

Adolfo Malats era, al formarse el nido, cuando él no habia aún soltado el cascaron, un muchacho rubio, largo, paliducho y ojeroso.

La torre, que había presenciado en otros siglos ejecuciones y combates de piratas, cascarón de piedra de trágico vacío disimulado por la nítida enjalbegadura de los muros, atrajo luego la atención del muchacho. Iba hasta la puerta con lenta precaución, como si un enemigo le aguardase al pie de la escalera, y ocultando el cuerpo en el borde del muro, avanzaba sólo un ojo y parte de la frente.