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Actualizado: 1 de junio de 2025


También Grecia hablaba de su Parnaso, cuyas piedras, lanzadas al limo del diluvio, se convertían en hombres. Hasta en Francia hay montañas donde se paró el arca; una de esas cumbres divinas es Chamechaude, cerca de la gran Cartuja de Grenoble: otra es Puy de Progne, dominador de las fuentes del Ande. El mito es, pues, constante; de las altas cimas es de donde han bajado los hombres.

Los de Sevilla que trabajan en Triana y en la Cartuja hacen lo mismo. Unos y otros se encuentran en el puente, que hierve de transeúntes. Arrimeme perezosamente al petril, de espaldas al río, y contemplé con ojos distraídos aquel ir y venir mareante. El atractivo de mi contemplación eran las caras saladísimas de las cigarreras y trabajadoras de la Cartuja que allí suelen verse.

Aquí, si nuestro trabajo no llevara el carácter de un viaje á la ligera, nos detendríamos en muchas páginas; mas, sin embargo, como la rapidez de una banca no es, ni la que da aliento una caldera de vapor, ni una ventolina de empopada, ni aun la pujanza de cuatro hijos de las verdes vegas de la Cartuja, tenemos tiempo de ver y apreciar en el largo espacio que media desde el Trozo hasta que se entra en el caudaloso Pasig.

En las noches de luna tentábala el escalofrío de lo misterioso, la voluptuosidad del miedo, y salía al claustro, cuya lobreguez cortaban las manchas lácteas de los ventanales. ¡Nadie!... Después sentábase en el cementerio de los monjes, esperando en vano la aparición del fantasma para animar su monótona existencia con algo novelesco. Una noche de Carnaval, la Cartuja fue invadida por los moros.

El camino de Valldemosa no ofrecía para él memoria alguna del pasado. Sólo lo había seguido dos veces, siendo ya hombre, para visitar con unos amigos las celdas de la Cartuja. Se acordaba de los olivos del camino, los famosos olivos seculares, de formas extrañas y fantásticas, que habían servido de modelo a muchos artistas, y avanzó la cabeza por una ventanilla deseando verlos.

Haciendo jornadas muy cortas salió de Burgos el 20 de diciembre de 1506, acompañada de un crecido número de vasallos con hachas encendidas, muchos frailes franciscanos tambien con luces, el prior de la cartuja y algunos monges que decian misas diarias por el alma del soberano, cuya caja iba en medio de esta fúnebre comitiva, seguida del coche de la desdichada Doña Juana y de las damas y caballeros de su palacio.

Esto se parece á la manera cómo se hacen los caballos de la cartuja de Jerez dijo el conde de Haro, á quien convenía una alianza con el duque de Gandía, y á quien la tiesa extravagancia de éste hacía feliz. En efecto, quiero un heredero robusto y hermoso; por lo mismo os pido esa hermosísima hija que tenéis... que se quedará viuda pronto con un título ilustre y con cien mil ducados de renta.

A mano derecha está la puente de Triana , de madera, sobre trece barcos. Y más abajo, en el margen del celebrado río, las Cuevas, monasterio insigne de la Cartuja de San Bruno, que, con profesar el silencio mudo, vive a la lengua del agua .

Solo la historia es rica, por los tesoros del pasado. El fanatismo religioso, la incuria de los gobiernos y los pueblos, las malas instituciones y el tiempo han destruido mil primores y grandes cosas que el genio oriental habia atesorado en la preciosa Granada. La Alhambra. La vega de Granada. El Jeneralife. La Catedral. La Cartuja. El Albaicin. Los Gitanos en Granada.

Muchas familias de Palma veraneaban ahora en la Cartuja, convirtiendo las celdas en hermosas habitaciones, y cada cual quería que la suya fuese la de Jorge Sand, infamada y despreciada por sus abuelas. Febrer había visitado el convento con un nonagenario de los que fueron vestidos de moros a dar serenata a la francesa. No se acordaba de nada; no podía reconocer la habitación.

Palabra del Dia

rigoleto

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