Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de julio de 2025


Aquel horizonte es de una poesía triste y solemne en lo lejano, deliciosa y risueña en los cuadros de verdura y trabajos de arte mas inmediatos. La segunda maravilla del Escorial es la casa del Príncipe, encantadora quinta ó palacio campestre á donde se baja por una grandiosa alameda, entre parques suntuosos, sombríos y ricos en flores y perfumes.

Corría entre tanto el invierno, y el capellán se habituaba a la vida campestre. El aire vivo y puro le abría el apetito: no sentía ya las efusiones de devoción que al principio, y una especie de caridad humana que le llevaba a interesarse en lo que veía a su alrededor, especialmente los niños y los irracionales, con quienes desahogaba su instintiva ternura.

Eran los forasteros, los ricachos que llegaban á la fiesta llevando una verdadera fortuna en sus bolsillos. Para conocer su importancia bastaba con fijarse en las miradas que lanzaban á las gentes y las casas, con altivez de magnates que descienden á mezclarse en una diversión campestre. ¿Y entre aquellas míseras gentes estaban los que habían osado desafiarles?... ¡Pobres cuitados!

Iban llegando ya los curas de las inmediaciones, y en el atrio, tapizado de hierba, se oía al gaitero templar prolijamente el instrumento, mientras en la iglesia el hinojo, esparcido por las losas y pisado por los que iban entrando, despedía olor campestre y fresquísimo.

Un panteísmo vago, poético, bonachón y romántico, o mejor, un deísmo campestre, a lo Rousseau, sentimental y optimista a la larga, aunque tristón y un poco fosco; esto, todo esto mezclado era lo que encontraba ahora Ana dentro de y lo que se empeñaba en que fuera todavía pura religión cristiana.

Búfalo discurría con igual éxito junto a don Jorge y a la madre Shipton, que se mostraba amable hasta cierto punto. ¿Es este caso una tonta partida campestre? dijo el tío Billy para sus adentros con desprecio, contemplando el silvestre grupo, las oscilaciones de la llama y las caballerías atadas. De pronto, una idea se mezcló con los vapores alcohólicos que enturbiaban su cabeza.

Nuestro salón campestre, en una noche de baile, es una cosa encantadora; aquel conjunto de bellezas, así humanas como rústicas y de artificio; aquel enjambre de mujeres hechiceras, arrastrando el lujo y la vaporosidad de sus trajes y prendidos entre el otro lujo exuberante de la vegetación, á media noche, á la luz misteriosa que producen los destellos del gas quebrándose en el verde follaje de los árboles; los ecos de la invisible orquesta, el ambiente, la.... Vamos, que tiene aquello algo de fantástico que no se comprende bien á no contemplarlo.

Y volvía a reír con la risa regocijada y francamente burlona de otros tiempos. Le había recibido grave y sencilla, influida por el cambio que la soledad, la vida campestre y el deseo de descanso producían en ella.

Dos observaciones debo hacer, siempre con la mejor intención, para gobierno de mis lectores: La distancia más larga desde el centro de Santander al campo, se anda, á pie, en diez minutos. La localidad que abandonan en verano las familias que se van al campo, la aceptan como residencia campestre los que huyen de otras capitales á la nuestra.

Antes, aunque poco, se preocupó algo de si la religión natural, que excluye toda revelación, basta al hombre para salvarse; de si por la experiencia de los sentidos o por medio de la conciencia puede llegarse, como por la fe, al conocimiento de Dios; de si el método demostrativo es mejor que el hipotético y analítico: pero muy luego tales impulsos se aquietaron, y como si aquella vida campestre influyera en él, sobreponiendo lo material a lo ideal, cayó en una devoción ramplona, y su pensamiento, sin tender a espaciarse, quedó encerrado en infranqueables lindes.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando