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Actualizado: 25 de julio de 2025
Haciendo vida campestre y retirada en aquel lugar, había un acaudalado caballero a quien por lo caritativo llamaban sus convecinos el Santo, y en éste se fijó principalmente Valeria para realizar su propósito.
En aquellos días, estaban afanadísimos con los preparativos y el embarque de víveres y de otros bastimentos que por contrata debían hacer y que hacían para la salida de la flota. No bien esta se diese a la vela, se proponían ellos reposar de sus fatigas y recrearse y holgarse en su retiro campestre, con un idilio delicioso y bien concertado.
Cuando echamos a andar, habiendo dejado el coche que nos había llevado de Lucca al extraño puente medioeval llamado Puente del Diablo, la pintoresca, serena y solitaria belleza campestre del paisaje nos impresionó.
Ellos han dado una brillante fiesta campestre en los grandes jardines del castillo, pues se confunden con los grandes bosques de las inmediaciones. Desde Monculot ha salido Alfonso para París, en donde ha sido llamado por sus amigos para consultarle sobre lo que llaman golpe de Estado.
Wolsey se engaña al interpretar falsamente aquella profecía que se le había hecho de que una mujer sería la causa de su ruína, creyendo que esta mujer era Catalina; él mismo ha dado fuerza y valor á su enemiga. Enrique lo despide ignominiosamente de la corte, y confisca sus bienes y tesoro en beneficio de los soldados, á quienes trató tan mal. Posesión campestre de la reina divorciada Catalina.
Como si este sonido campestre y doméstico le hubiese restituido de pronto la facultad de pensar y la de moverse, Stein se puso en pie, se encaminó con gran dificultad hacia la puerta, y la golpeó con una piedra; le respondió un ladrido. Hizo otro esfuerzo para repetir su llamada, y cayó al suelo desmayado. Abrióse la puerta y aparecieron en ella dos personas.
Cuando Pierrepont y Fabrice se aproximaron a la placa para fijar los cartones, advirtieron a Beatriz sentada en el campestre banco: Beatriz trabajaba en su tapicería. Los dos hombres cambiaron una mirada. Uno y otro sabían que la avenida de los arrayanes era para Beatriz un lugar favorito de paseo y de retiro.
Don Laureano, sin darse por ofendido, se fue deslizando pian piano hacia otro grupo. En este momento crítico de la jira campestre se efectuó en el Vivero de Migas Calientes un suceso insignificante en la apariencia, realmente de una trascendencia tan grande que sólo otros tiempos y otras generaciones podrán medir por completo su alcance.
Cuando el estado de la infeliz lo permitió, la llevaron, reclinada en una silla, al lado de la ventana, desde donde podía ver el colegio y la entrada del hotel. Trazaba a menudo agradables planes para el porvenir, en un imaginario hogar campestre. Incluso parecía que el pueblo le había caído en gracia; pero es de notar que el porvenir que bosquejaba era tranquilo y apacible.
Ni la sombra de un árbol, ni el rumor de un arroyo, ni el canto de un gallo ó de un pájaro campestre, ni el mugido de una vaca, ni el mas leve ruido se sentia al atravesar aquel desierto.... ¡Ni una choza en las praderas interminables, ni un cercado para manifestar la presencia del hombre por allí!...
Palabra del Dia
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