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Actualizado: 13 de junio de 2025
¿Y el abate? dijo Maltrana , ¿Dónde estará el otro conferencista? Habían vuelto los dos amigos al paseo, huyendo del sudoroso calor y los empellones de la gente aglomerada. Cerca del café vieron al abate rodeado de tres jóvenes que habían venido de Buenos Aires para darle la bienvenida. Poco éxito dijo Isidro . El italiano lo aplasta con sus masas.
Lo que siento es que tú no hayas ido á darles la bienvenida, porque lo que es tu padre... ya podía llegar el rey de España, que él seguiría tan quieto en su despacho, sin asomar siquiera las narices por el balcón para verle pasar... Pues á poco rato dicen que pasó Pedro á caballo, que traía al niño mayor delante de sí. El niño iba muy contento, y arreaba la caballería con un latiguillo.
Halló en el Duque de Montpensier, que regía la plaza, acogida no menos grata que en Dieppe; el Príncipe le salió al encuentro con 100 caballos; le sentó á su mesa, procurando hacerle agradable la estancia, como el Rey se lo mandaba, y confirmando las palabras tuvo Pérez carta datada en Lyon á 26 de agosto en que el mismo Rey le daba bienvenida.
Desde el lunes, 22 de septiembre, estoy aquí completamente sola; he venido para presenciar nuestra pobre vendimia. Alfonso, Mariana, su madre y Julia, partieron el miércoles 17 para Montculot, en donde les han hecho un recibimiento como a los antiguos señores de otros tiempos. Fueron a darles la bienvenida las mujeres vestidas de blanco, y los hombres disparando al aire sus fusiles.
Hasta aquí el squire no había dado la bienvenida de un modo señalado más que a los jefes de familia a su llegada; pero siempre, a medida que avanzaba la tarde, su hospitalidad irradiaba con más amplitud, hasta que golpeaba las espaldas de los invitados más jóvenes y manifestaba la particular satisfacción que le proporcionaba su presencia.
Sus lágrimas surgieron con toda libertad al verse en, aquella habitación cuyos muebles y cuadros le recordaban al ausente. Argensola corrió desde la puerta al fondo de la pieza, agitado, confuso, saludándola con frases de bienvenida y removiendo al mismo tiempo objetos.
Es casi seguro que entre los dos alojamientos que se le tienen dispuestos en la parte más alta y en la baja, respectivamente, elegirá el último contra lo que se esperaba hasta hace pocos días. Como las razones que pueda tener para ello no son de nuestra incumbencia ni de la del público, nos limitamos a consignarlo y a anticiparle la más cordial bienvenida».
La Fatalidad, causa cómoda de los hechos oscuros, y luz mentirosa de lo que no puede alumbrarse, se presenta aquí reclamando su página, la página a que le dan derecho las perplejidades del narrador y el convencionalismo de la Historia.... Bienvenida sea esa madrastra Fatalidad, que tan bondadosamente se presta a adoptar todo hijo abandonado, por lo general feo y enclenque, a quien rechaza la misma Lógica que en las tinieblas lo engendró.
Dio algunas vueltas en esta forma y luego, pasando por delante de las colmenas y deteniéndose en cada una, las abejas fueron levantando el vuelo y metiéndose cada cual en su casa. Ya lo ven ustedes como no había miedo dijo viniendo hacia ellos completamente limpio . Ni una sola me ha picado; no han hecho las pobrecitas más que darme la bienvenida.
Sus piernas la conocían bien y cada piedra podía dar testimonio de la presión de sus pies. Los de Demetria iban calzados ahora de un modo bien distinto, con zapato de baile. No importa, las piedrecitas los reconocían perfectamente y les daban la bienvenida.
Palabra del Dia
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