Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de octubre de 2025


Explíquese usted, doña Rita. ¿Por qué no viene usted a buscarme? ¡Conque usted no ha cumplido la orden de mamá! ¡Conque el general ha tolerado que Narcisito deje a usted plantada y se venga él en la berlina! ¡Doña Rita, es usted un monstruo! Pues, señor, meditemos con serenidad y con calma.

Al entrar en la berlina, había apretado con efusión la mano enguantada de la generala y la había conservado en su poder.

Poco a poco se fué operando, sin embargo, en aquella asamblea el fenómeno químico de la afinidad electiva. El duque se vió rodeado, en una berlina o mirador que había en la trasera del coche, de varios personajes de la banca y la política.

A la puerta esperaba enganchada la berlina de tío Frasquito, y en ella subieron ambos, dirigiéndose a casa del camisero, honrado comerciante de la calle de Carretas... Tampoco conocía este al incógnito; sabía tan sólo que era un comisionista italiano, amigo de otro francés que tenía negocios con la casa, en el ramo de perfumería... Al oír la nacionalidad del desconocido, llegó a su colmo la inquietud de Jacobo, porque parecióle ya evidente que se entendían en aquel asunto las logias de Italia y de España.

Abajo, en primer término, la berlina, donde va en número de tres la aristocracia de las victimas; en el centro una cripta romana que llaman interior, calabozo de seis rematados; y atras la cocina del infierno, pomposamente decorada con el nombre de rotunda. Encima, el departamento de equipajes, denominado la vaca, Chimborazo ambulante que se parece un poco á la cueva de Montesinos.

En la casa últimamente designada estuvo como una media hora, y cuando bajó a tomar de nuevo el carruaje, su cara pálida tenía transparencias de cera, los labios no tenían color... «¿A dónde vamos, señorale preguntó el cochero, viendo que pasaba tiempo sin que diera ninguna orden. «Subida a Santa Cruz, esquina a la calle de Vicario Viejo». Y dicho esto, y al rodar de la berlina, daba vueltas a este pensamiento: «Claro; lo que yo dije.

Renovó su mobiliario, abandonó las modistas anónimas, y en su afán de no andar a pie, si no tuvo berlina y tronco como en sus buenos tiempos, compró una galera elegante y ligerita y tomó como cochero a Nelet, el hijo de la nodriza de Amparo, un bárbaro de la, huerta, a quien puso por condición no tutear a la señorita menor y olvidarse de que era su hermano de leche.

Ocultarse de un legítimo esposo..., tal vez; pero de un simple poseedor, ¡jamás! No había que perder la esperanza. En el mero hecho de citarle... ¡Tendría chiste que no viniese! Pero ; un coche se acerca; su berlina. Efectivamente; el carruaje avanzaba de prisa por el centro del paseo. Don Juan se hizo a un lado, ocultándose tras el grueso tronco de un álamo.

Se había fracturado un brazo en su caída; su cabeza, que había chocado contra un pico de la roca, sangraba horriblemente. ¿Qué hacer en tan terrible posición? Comenzaba a amanecer y me dirigía apresuradamente al castillo en demanda de auxilio para él, cuando encontré en el camino una berlina, y en ella un gran señor que volvía de casa de usted; era el cardenal Bibbiena.

A las tres pidió la señora condesa la berlina y dio al lacayo, como la cosa más natural del mundo, las señas de Jacobo. Vivía este en la calle de Alcalá, en un precioso cuarto de soltero, y constaba su servidumbre de un ayuda de cámara, un jockey, una ama de llaves y un cocinero; en las cuadras, situadas al final de la calle del Barquillo, tenía cuatro caballos ingleses, tres de tiro y uno de silla, una berlina, un char-

Palabra del Dia

amitié

Otros Mirando