Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de septiembre de 2024
La identidad de las dos mujeres, debilitada por las diferencias de aspecto y de expresión que había observado, así como por las imposibilidades materiales de tiempo, de condición y de nacionalidad que se deducían de las noticias de Pector, se encontraba restablecida por la intervención de aquel desconocido que, evidentemente, me señalaba á Jenny como peligroso.
Aún se acordaba con remordimiento de cierto amigo suyo al que hirió gravemente en uno de tales lances. Te he contado siguió diciendo toda mi historia con esa mujer, todo lo que sé con certeza de su vida. Lo demás es ella quien lo dice, é ignoro si debo creerlo... Hasta dudo ahora de su nacionalidad y de su nombre.
De otras barcas cargadas con pirámides de frutas partían al vuelo en ruda trayectoria naranjas y racimos de bananas hacia las manos ávidas de los emigrantes, que retornaban monedas envueltas en papeles. La nacionalidad del buque influía en las transacciones comerciales, y los mercaderes de acento andaluz lo vendían todo por marcos y por pfenings.
Había empezado á desarrollarse un drama al otro lado de los tabiques: un drama vulgar, repetición de otros y otros que ocurrían al mismo tiempo. Ella es alemana añadió el ruso . Nuestra portera ha husmeado bien su nacionalidad. El se habrá marchado á estas horas para incorporarse á su regimiento. Anoche apenas pude dormir.
Y sustituía la bandera de la protesta con otra argentina, que era la más abundante, la que adornaba los cubiertos de todas las personas de problemática nacionalidad. El hombre acababa por conformarse, vencido tal vez por el perfume de la sopa que humeaba en los platos, pero atacaba su comida con un mohín de pena, como un señor a quien le han amargado la noche.
Sospechaban de mí, me creían espía y alemana, dándome cada uno diferente nacionalidad. Anduve por Italia; anduve por muchos países. Hasta estuve en su patria: ¿no es usted español?... No extrañe la pregunta; ¡me es imposible recordar tantas cosas!... Y al volver á París no he encontrado á nadie, absolutamente á nadie de los de mi época. El mundo de antes de la guerra era otro mundo.
Piensa en su nacionalidad, que le separa del otro; piensa en el campo de concentración, al que la llevarán con sus compatriotas: Le da miedo el abandono en un país hostil que tiene que defenderse de la agresión de los suyos... Y todo esto cuando va á ser madre. ¡Qué miserias! ¡Qué tristezas!
Había comenzado por una aventura vulgarísima: un encuentro en Biarritz con Judith, una vendedora de amor, de nacionalidad indeterminada, nacida en Francia, pero hija de judíos: una mujer que en plena juventud había corrido medio mundo y conocía casi todos los idiomas europeos. Las relaciones habían ido estrechándose.
Una actividad extraordinaria hacía ir y venir aquella mañana por la cubierta, en grupos parleros, a las jóvenes de diversa nacionalidad. Abordaba cada una a sus amigos y conocidos con un papel y un lápiz en las manos. Iban recogiendo para las fiestas equinocciales, y antes de inscribir el donativo discutían y protestaban, queriendo aumentar la cifra.
Si el islamismo, como nacionalidad y Estado, quedaba al espirar el siglo XIII arrinconado en Granada como en su último refugio, acosado por las victorias de las tres grandes monarquías castellana, aragonesa y portuguesa; como reliquia y fermento duraba en todas las poblaciones reconquistadas.
Palabra del Dia
Otros Mirando