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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Del siglo XV y principios del XVI son las catedrales de Astorga, de Calahorra, de Coria, de Gerona, de Huesca, de Plasencia, de Sevilla, lo mejor y principal de las de Burgos, Toledo, Valencia y Salamanca, muchos notabilísimos conventos, iglesias, colegiatas, colegios y seminarios, y tambien gran número de lonjas, casas de diputacion y de ayuntamiento, audiencias y otros edificios de arquitectura civil.
Silencio profundo... Doscientos ojos escrutadores se fijan en la elegida, e Isabel Mazacán le envía desde lejos un irónico saludito de enhorabuena... Currita se muerde los labios y aparecen istrías sanguinolentas en torno de sus pupilas; un pedacito de encaje del pañuelo resbala por la seda de su falda y cae sobre la alfombra... Tras el telón, Butrón se azora de nuevo; Pulido murmura: «¡Lo dije!», y el tío Frasquito desiste de velarse el rostro con las manos por miedo de perder de nuevo el equilibrio... Diógenes ha desaparecido de la concha... La marquesa de Butrón prosigue: Vocales: excelentísima señora duquesa de Astorga, excelentísima señora condesa de Villarcayo...
En vano iba de un lado a otro la marquesa de Butrón, intentando, con su fino tacto y sus delicadas maneras, ahogar en germen aquellos puntillos mujeriles, aquellas vanidades alborotadas que amenazaban dar al traste con la suspirada fusión a duras penas obtenida en el baile de Currita; tan sólo pudo conseguir su ímprobo trabajo colocar a la duquesa de Astorga, mujer bondadosísima, al lado de la excelentísima señora doña Paulina Gómez de Rebollar de González de Hermosilla, cuya colosal figura se destacaba sobre un asiento muy alto, aislada entre tirios y troyanos, silenciosa y pensativa, cual Safo meditando su suicidio en lo alto de la peña de Léucades.
No me he embarcado aquí seis veces en mi vida; y en tres de ellas eché los hígados, sólo por asomarme a la boca del puerto. Soy de Astorga, y no hay más que decir. Pero no le apure la dificultad, que si los lances de la mar le gustan a usted... ¡Muchísimo! No han de faltarle medios de satisfacer el gusto. Respondo de ello. ¿De veras, don Claudio?
Tuvieron varios encuentros con los franceses, hasta que Soult, que salió en persecución de Moore, encontró á los guerrilleros y les hizo retroceder hacia Valladolid; de allí siguieron avanzando hacia el Norte y llegaron hasta Astorga. Elías se quedó en Sahagún con unos cuantos hombres, dispuestos á organizar allí una partida considerable que hostilizara á Ney en su salida de Galicia.
Buscabales posada, proporcionabales almacén seguro para la carga, se entendía con los comerciantes y era en suma la providencia de la tierra de Astorga.
Muerto su padre, es decir, hacia los diez y seis años, huyó Lope de Madrid en compañía de un amigo, llegando hasta Astorga en su escapatoria. No es fácil tarea la de establecer en orden cronológico los sucesos de la primera juventud de Lope: tal contradicción hay entre las afirmaciones de La Dorotea y lo que resulta de otras fuentes.
Mientras tanto, disponíase en la antecámara la aristocrática ceremonia, instituida en rigor de verdad por el emperador Carlos V, cuando limitó el privilegio de cubrirse ante el rey, común antes a todos los títulos, a doce Grandes de España, que se llamaron desde entonces Grandes de primera clase, y fueron los duques de Medinasidonia, Alburquerque, Infantado, Alba, Frías, Medina de Rioseco, Escalona, Benavente, Nájera, Arcos, Medinaceli y el marqués de Astorga.
Existía allí un horno célebre, que asaba por Navidades más de cuatrocientos pavos de distintos calibres. Las empanadas de perdices y de liebres no tenía rival; sus pasteles eran celebérrimos, y nada igualaba á los lechoncillos asados que salían de aquel gran laboratorio. Al por menor se vendían en la tienda: rosquillas, bizcochos, galletas de Inglaterra y mantecadas de Astorga.
Desde tierra he visto el barquichuelo este varias veces, unas quieto y otras andando... ¡y qué andar, caray! Vamos, ocasión hubo de volver la cabeza... por no verlo... Es la verdad, sí, señor, ¡caray! ¡Digo, y eso usted, que es pez de la mar!... Pues ¡qué me pasará a mí que soy de los secanos de Astorga?
Palabra del Dia
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