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Actualizado: 14 de octubre de 2025


En la iglesia de Caracoto la sangre de los españoles llegó á cubrir los tobillos de los asesinos. En Tapacari, pequeño pueblo de la provincia de Cochabamba, se quiso obligar á un padre á desgarrar el corazon de sus hijos á la vista de la madre: y la repulsa á tan inicuo mandato, fué la señal de su comun exterminio.

Quiroga debía ser asesinado en tal punto; los asesinos son N. y N.; las pistolas han sido compradas en tal almacén; han sido vistos N. y N. para encargarse de la ejecución, y se han negado. Quiroga los ha sorprendido con la asombrosa rapidez de su marcha, pues no bien llega el chasque que anuncia su próximo arribo, cuando se presenta él mismo y hace abortar todos los preparativos.

Almas afectuosas que amais la memoria de esas otras almas sublimes, y fuertes á la par que delicadas, que en vida fueron valerosos soldados de la , y alcanzaron muriendo la opinion de mártires santos entre la grey que con su fecunda sangre ilustraron , no os imagineis al repasar las páginas en que la piedad y la devocion consignaron sus gloriosos triunfos, que todos los perseguidores del nombre de Cristo son como furiosos y bárbaros asesinos sedientos de sangre y de tormentos.

No era de los que sufren que se les engañe; éste es un defecto que siempre ha tenido. Volvió a bordo y juró por lo más sagrado que bombardearía la ciudad, si los asesinos no eran castigados. El mandarín, temblando como una hoja, hizo acto de sumisión y condenó a los jueces a ser aserrados vivos. Mi marido no tuvo ninguna objeción que hacer.

Si, señores, ¡vivan las Juntas! exclamó uno, levantándose . Yo me de memoria aquel papel que echó a la calle la de Córdoba, diciendo... Óiganme: «¡Cordobeses: los reinos de Andalucía se ven acometidos por los asesinos del Norte; vuestra patria va a ser oprimida bajo el yugo de un tirano; vosotros mismos seréis arrancados de vuestros hogares y de vuestras casas.

Vale más la espléndida figura de Pizarro, arrojando en su impaciencia la coraza cuyos broches no ajustan, para salir al encuentro de sus asesinos y combatir hasta el último aliento y morir trazando en el suelo la señal de la cruz con su propia sangre. Es muy probable que cualquiera de nosotros, en caso semejante, se hubiese felicitado de encontrar el puente salvador... Pero no somos Bolívar.

Un momento, camarada, que yo soy perro viejo y cómo se hacen estas cosas. Lo primero es poner mi casco en la punta del arco. abres la puerta lentamente y yo presento el cebo á esos canallas, si por ventura están ahí esperando degollarnos. Así lo hicieron, y no bien se abrió la puerta y asomó por ella el almete, recibió éste un tremendo tajo y estallaron los gritos de los asesinos.

Quiso ver Ulises otra vez á «los tres mosqueteros» antes de partir de Salónica, pero el batallón había levantando su campo, situándose á muchos kilómetros al interior, frente á las primeras líneas búlgaras. El entusiasta Blanes disparaba ya su fusil contra los asesinos de Roger de Flor. A mediados de Noviembre llegó el Mare nostrum á Marsella.

Así, cuando llegaron al coro, donde Gracián estaba solo con su fortaleza, los bramidos de la plebe; cuando se oyó distintamente una voz que dijo por aquí; cuando las pisadas de los asesinos sonaron en las baldosas mismas del coro, Gracián no abandonó su recogida postura. Fue preciso, para hacerlo mover, que una mano descortés y ensangrentada le tocase en el hombro.

El último coloquio con su amiga, el más apasionado, el más íntimo, aquel coloquio después del cual había esperado con nuevo fervor, era para él la prueba de más peso contra los asesinos. ¿Podía pensar jamás en la muerte de la mujer que lo había dejado hablar de un porvenir mejor?

Palabra del Dia

neguéis

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