Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 14 de julio de 2025


La campana sonaba á rebato para anunciar la movilización á los hombres que estaban en los campos. Y los dos enemigos, instintivamente, se habían estrechado la mano. ¡Todos franceses! Esta unanimidad afectuosa salía también al encuentro del odiado señor del castillo. Tuvo que saludar á un lado y á otro, apretando manos duras.

Á fe mía, dijo riéndose Gualtero, que con sus cantos y gritos hacen bastante algazara para anunciar su presencia sin necesidad de guías ni emisarios. ¡Adelante! Á dos puertas se oía el estrépito de la francachela. Entraron por un portalón bajo y al final de estrecho corredor se hallaron en una gran sala iluminada por dos antorchas.

Según dice Riccoboni, desde el año de 1620 hubo tal afición en Italia á las comedias españolas, que las traducciones é imitaciones de las obras de Lope de Vega y de sus coetáneos sustituyeron casi por completo en los teatros á las comedias y tragedias originales italianas . El célebre actor de Adone, Marino, dice, en su Elogio fúnebre de Lope, que era costumbre de los empresarios de teatro de Italia y Francia, y para aumentar sus entradas, anunciar en los carteles que la comedia que había de representarse era de Lope de Vega; y que bastaba sólo su nombre para atraer tantos espectadores, que ni bastaba el teatro para contenerlos ni su caja para guardar el dinero .

Habían pasado ocho días desde mi visita de vuelta de viaje. Tiré con fuerza de la campanilla y me hice anunciar. Amparo salió hasta el recibimiento y me tendió la mano con la mayor naturalidad. Otra vez no pida usted que le anuncien, me dijo sonriendo. Y me llevó a la sala asido de la mano.

Un correo acaba de llegar a todo galope... Por la Puerta de Francia ha entrado... Vendrá a anunciar la llegada de la guardia nacional de Nancy. O quizás un convoy de Metz. Tiene usted razón... Faltan balas de diez y seis... También necesitamos metralla, y, para poder hacerla, vamos a destruir los hornillos.

Trabajo le costó a Isidora admitir la funesta verdad que se le quería anunciar con caritativas precauciones, y tragando saliva para deshacer aquel nudo que en su garganta se formaba, habló con medias palabras de esta manera: «Quién sabe... Todavía... Pero yo quiero verle. Vamos, que no... Ya...». El buen señor estaba impaciente. Tenía que hacer.

Nunca veo tan clara la semejanza como cuando usted manda algo a la Benina: se me figura que veo a Su Majestad Imperial dando órdenes a sus chambelanes. ¡Qué cosas!... Eso no puede ser, Ponte... no puede ser». Entrole a la niña un reír nervioso, cuya estridencia y duración parecían anunciar un ataque epiléptico.

Pues bien, ya podía anunciar a su amada con indecible gozo que cuando entrara en la nueva casa, encontraría en ella las prendas de vestir y de adorno que la infeliz había arrojado al mar el día de su naufragio. Por cierto que las alhajas le habían gustado mucho a doña Lupe por lo ricas y elegantes, y del abrigo de terciopelo dijo que con ligeras reformas sería una pieza espléndida.

¿Usted por aquí? le preguntó afectando una serenidad que estaba muy lejos de sentir. ¿Quién había de presumir que fuese usted la señora que el criado me acaba de anunciar? ¿De veras no lo ha presumido usted? preguntó ella mirándole fijamente. No, no, señora. Y se puso colorado al decirlo. La dama sonrió con benevolencia. Bien, enséñeme usted esas rosas de malmaison de que me ha hablado.

La fragancia se respira de las flores y las plantas, y todo anunciar parece paz y contento en la casa que, al fondo, con ornamentos de verde yedra se alza. ¡Cuánto, mintiendo, extravian las apariencias villanas!

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando