Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
Fuí costeando el rio por la banda mencionada, con buen camino, campo de pasto, poco ganado de hacienda, y abundancia de algarrobas en las cercanias del rio. Salí de la posta del Zanjon para la del Fraile Muerto, que dista 4 leguas al rumbo O 2° NO, y llegué al anochecer. Camino, campos, &c. lo mismo que por la mañana; con lo cual pasé allí aquella noche.
Empezó á anochecer en el profundo barranco; de las charcas surgió un hálito hediondo, la respiración venenosa de la fiebre palúdica. Las ranas cantaban á miles, como si saludasen á las primeras estrellas, contentas de no oir ya los tiros que interrumpían su croqueo y las obligaba á arrojarse medrosamente de cabeza, rompiendo el terso cristal de los estanques putrefactos.
Por donde se ve que estas providencias de otros reyes habian perdido ya su vigor i entereza. Tambien se dispuso que los judíos no bautizados se retirasen á sus barrios antes de la hora de anochecer, dejando en supsension sus comercios hasta que volviese la luz del dia.
El de que voy hablando concluyó al anochecer; y como fué tan grato á los que en él tomaron parte, hablaron éstos del asunto en la ciudad, cundió su fama en paseos y salones, y, por si iban mal dadas, aprendieron á bailar los jóvenes que aún no sabían, y los que sabían mal, se perfeccionaron.
Tal vez aceptase lo de dirigir la novillada. Ya se decidiría más adelante: quedaba mucho tiempo hasta el invierno. Una tarde, al anochecer, el espada, entrando en la calle de Alcalá por la Puerta del Sol, dio un paso atrás a impulsos de la sorpresa. Una señora rubia bajaba de un carruaje a la puerta del Hotel de París... ¡Doña Sol!
De esta suerte se pasaron diez días, que á don Carlos, á Lucía y al Comendador parecieron diez siglos, cuando al anochecer, en una hermosa tarde, el Comendador estaba en el patio de la casa sólo con su sobrina.
El maestresala, vestido como un gentilhombre flamenco, comandaba a la servidumbre con signos casi imperceptibles. Al anochecer, de vuelta a sus casas, las visitas desfilaban entre doble hilera de lacayos apostados a lo largo de los pasadizos, hasta la puerta de la calle, cada cual con un hacha de cera encendida. Gastábase tanta luminaria como en la Iglesia Mayor. Todo era fastuoso y señoril.
Nos separamos sobre el anochecer y quedamos, como siempre, citados en el puente de Santa Ana. Llegada la hora, y aun no había dado el cuarto para las doce, cuando con paso vacilante y con el aire más melancólico se me acercó, y tomándome por la mano, fría como el granizo, tiró de mí para la posada, yendo yo tan confuso como espantado.
Nosotros nos metimos en un coche, salimos a la tardecita antes de anochecer una hora, y llegamos a la media noche a la venta de Viveros. Llegamos por no enfadar a la villa, y apeámonos en un mesón.
Lo de la otra vez fué un pequeño incidente. Para no verse el bolichero desmentido por los hechos, ensanchaba su largueza hasta Manos Duras, dándole algún billete de Banco á cambio de que mantuviese la paz, valiéndose de sus amistades con unos y del temor que inspiraba á otros. Un sábado, al anochecer, entró Robledo por la calle central, de vuelta de sus canales.
Palabra del Dia
Otros Mirando