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Actualizado: 17 de mayo de 2025


El estado caquéctico, espuesto en las líneas precedentes, recuerda la consuncion tuberculosa y la diátesis paludiana; tres caquexias que se asemejan con bastante exactitud. La quina, empero, es el remedio de la caquexia palúdica, y el miasma palúdico es un remedio para la tuberculizacion.

«Si mi novio se muriese, yo iría á dormir sobre su tumba, para que sus huesos no tuvieran frío» decía en una ocasión una india que cantaba un cundimán. «Si estuvieras aquí, yo me pondría buena» oímos decir una noche á una india, que en el delirio de una fiebre palúdica modulaba un cumintán, en el que recordaba á su amante.

§ IV. Efectos terapéuticos. =A.= Afecciones flegmásicas. Fiebres intermitentes. Diátesis palúdica. La quina no cuenta entre sus efectos, ni la fiebre inflamatoria, ni las inflamaciones locales simples; la oftalmía que registra su patogenesia, es subaguda, venosa ó linfática. Todos los síntomas de la laringe y del pecho indican, ya el elemento nervioso, ya la astenia, ya un molimen hemorrágico.

¡Vamos, que les digo á ustedes, que entre las muchas gangas que posee un marido, jamás pudimos creer podría llegar á tener la de ponerse á parir. El pobre cabezang Pedro como dejamos dicho murió, no de una ilusoria creencia sino de una real y efectiva fiebre palúdica.

Todos tres podrán ser menos aptos en cuanto á la forma de los accesos y de la reaccion que cualquiera otro medicamento, pero ninguna fiebre verdaderamente palúdica se curará sin uno de los tres, porque todos abrazan sus caractéres fundamentales, y porque los tres tienen las mismas tendencias que el miasma palúdico.

El arsénico corresponde á una multitud de afecciones sin carácter de malignidad, como ciertas intermitentes, por ejemplo, pero siempre en casos semejantes se observa irregularidad en los accesos y una especie de caquexia palúdica, ó un estado asténico en el que la nutricion está paralizada, y es inminente, si ya no ha comenzado, la diátesis serosa. § VI. Estado sobreagudo.

Empezó á anochecer en el profundo barranco; de las charcas surgió un hálito hediondo, la respiración venenosa de la fiebre palúdica. Las ranas cantaban á miles, como si saludasen á las primeras estrellas, contentas de no oir ya los tiros que interrumpían su croqueo y las obligaba á arrojarse medrosamente de cabeza, rompiendo el terso cristal de los estanques putrefactos.

Estos, pues, son: los derrames serosos, especialmente pleuríticos con fiebre héctica y exacerbacion vespertina, y algunas exudaciones seudo-membranosas de poca estension; las colecciones purulentas y plásticas no son de su dominio, sino del arsénico, del azufre, del sulfuro de cal..... Tambien está indicado en la diátesis palúdica, cuando la hinchazon de la piel presenta una palidez mate á consecuencia de la infiltracion serosa difundida en las mallas del tejido celular, y que la nutricion es nula y las funciones están inertes.

Senadores y diputados que iban a Bogotá a la apertura del Congreso; jóvenes ingenieros americanos, a los trabajos de los ferrocarriles de la Antioquía, uno de los cuales, hombre robusto, sin embargo, venía doblado por la fiebre palúdica contraída en el viaje; negociantes franceses e ingleses; touristes de vuelta y por fin, la familia entera del ministro inglés, compuesta de su señora, tres niños, dos jóvenes maids inglesas, chef, maitre d'hôtel, ¡qué se yo!

Ulises iba á exponer rudamente sus dudas sobre el equilibrio mental de la enfurruñada viuda, cuando les interrumpió la doctora. Contemplaba la palúdica llanura de acantos y helechos vibrante bajo la estridencia de las cigarras, y este espectáculo de verde desolación la hizo evocar el recuerdo de las rosas de Pestum cantadas por los poetas de la antigua Roma.

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