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Amo, se dice de los monarcas; así esa fórmula «el rey mi augusto amo» se dice de los que tienen esclavos; se dice de los que tienen dependientes ó criados, se dice del dueño de la habitacion. De muchos términos se verifica que envuelven una idea general, susceptible de varias modificaciones; y el emplearlos sin hacerla competente distincion, da lugar á confusion de ideas, y estériles disputas.

D. Félix las admiraba: se le hacía la boca agua cuando pasaba cerca de ellas: hubiera dado tres veces su valor por adquirirlas. Pero aún más las admiraba y las veneraba su criado Manolete. Ninguno más aficionado que él á los prados feraces entre los bípedos y acaso entre los cuadrúpedos. ¡Cuántas veces había insinuado á su amo que tratase de comprar estos prados!

He guardado hasta ahora religiosamente ese secreto y me he prohibido hasta la pena, por miedo de que detrás de ella se deslizase en mi corazón una sombra de deseo y de esperanza. Me ha costado gran trabajo, porque amo a Máximo y que ningún otro ocupará el lugar de que le destierro.

En estas y otras pláticas les tomó la noche en mitad del camino, sin tener ni descubrir donde aquella noche se recogiesen; y lo que no había de bueno en ello era que perecían de hambre; que, con la falta de las alforjas, les faltó toda la despensa y matalotaje. Y, para acabar de confirmar esta desgracia, les sucedió una aventura que, sin artificio alguno, verdaderamente lo parecía. Y fue que la noche cerró con alguna escuridad; pero, con todo esto, caminaban, creyendo Sancho que, pues aquel camino era real, a una o dos leguas, de buena razón, hallaría en él alguna venta. Yendo, pues, desta manera, la noche escura, el escudero hambriento y el amo con gana de comer, vieron que por el mesmo camino que iban venían hacia ellos gran multitud de lumbres, que no parecían sino estrellas que se movían. Pasmóse Sancho en viéndolas, y don Quijote no las tuvo todas consigo; tiró el uno del cabestro a su asno, y el otro de las riendas a su rocino, y estuvieron quedos, mirando atentamente lo que podía ser aquello, y vieron que las lumbres se iban acercando a ellos, y mientras más se llegaban, mayores parecían; a cuya vista Sancho comenzó a temblar como un azogado, y los cabellos de la cabeza se le erizaron a don Quijote; el cual, animándose un poco, dijo:

Muchas veces en mi vida, otras mujeres me han dicho, después de un acto suyo inexplicable: «No te esfuerces; los hombres nunca llegan á entendernos...» Yo digo lo mismo: una mujer tampoco puede comprender á un hombre... Te amo ahora porque me inspiras lástima, y la lástima conduce á la ternura, y la ternura es el verdadero amor, un amor que yo no había conocido nunca. Cada uno ama á su modo.

Harto he llorado ya recordándoos. ¿Qué más queréis? ¿Que continuemos llorando? ¡Todo lo que queráis! Queridas amigas, les parece que no hemos llorado bastante; complazcámoslos. ¡Lloremos, queridas amigas! ¡Os amo tanto, Marcio! ESCIPIÓN. ¡Querida Cleopatrita, cálmate! En el estado en que te encuentras, el ponerte así puede hacerte daño. Lo mejor que podéis hacer es volveros por donde vinisteis.

Los gañanes, al volver a Matanzuela no vieron al amo.

Además, deseaba revistar el cortijo antes que adelantase la noche, temiendo que el amo quisiera recorrerlo por un capricho de su embriaguez. En el patio se tropezó con Alcaparrón, que atraído por el ruido de la fiesta esperaba una coyuntura para introducirse en la sala con su pegajosidad de parásito. El aperador le amenazó con varios palos si seguía allí.

Si sabes de alguna persona a quien yo deseara más ver en el baile que a ti, dilo.... Pero mi mujer y mi hija me sacarían los ojos, ¿sabes? ¿Y qué tengo yo que ver con tu mujer y tu hija? preguntó la irascible malagueña . eres el amo. Yo quiero una invitación y la tendré. Quedamos, pues, en que mañana me la traerás.... Dispensa, chiquita....

¡Adóbame esos candiles! -dijo a este punto el barbero-. ¿También vos, Sancho, sois de la cofradía de vuestro amo? ¡Vive el Señor, que voy viendo que le habéis de tener compañía en la jaula, y que habéis de quedar tan encantado como él, por lo que os toca de su humor y de su caballería!