Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de mayo de 2025
Se casó Zapico, y al día siguiente de la boda, doña Paula, que le miraba de soslayo, con un gesto de desconfianza, tal vez algo arrepentida «de haber estirado mucho la cuerda» observó que el novio estaba muy contento, muy amable con ella, y hecho un almíbar con su mujer. «Gordas las tragas, Froilán, eres un valiente», pensaba ella admirándole y despreciándole al mismo tiempo.
Después avanzó sola hacia el sitio en que se hallaba el conde. Y como llegase allá, fué saludada por Octavio que se hizo almíbar al tomarle la mano y enterarse de su salud. Todos juntos se dirigieron lentamente hacia el palacio, porque el sol ya declinaba. En una de las revueltas del camino tuvo tiempo el conde para decir en secreto á su mujer: Conviene que te muestres amable con ese muchacho.
Tanto gusto de contarlo a usted en el número de mis amigos dijo aquélla con su más amable sonrisa , y muy orgullosa de que mi retrato sea hecho por mano tan experta... y por cierto que no es un estímulo retratar a una mujer de mis años. ¡Señora!
No se hartaba el buen capitán de examinarlo todo y de hacer preguntas y preguntas, aspirando con ansia á penetrarse de aquel arte supremo, pero bien persuadido de que jamás lo lograría. Respondía el señor de las Matas con amable condescendencia y la misma convicción. Porque sabido de antiguo tenía que su primo era un excelente ganadero, pero nada más que mediano hortelano.
Y ella, ¿qué decía de él? Que era una persona amable y de muy buen trato; que era buen sujeto y caballero muy cumplido. Un día se nos metió aquí. ¡Jesús, qué susto! Y ella, ¿qué hizo? Le dijo que se fuera. ¿Y se fué? Ca: aquí estuvo hablando mil cosas. Y ella, ¿qué le decía?
Tiene una hermana, buena y amable, que vive con él, y un hermano, antiguo amigo de Alfonso, el cual ha resultado ser la principal causa de este matrimonio. Soy, por lo tanto, muy dichosa en haber encontrado una salida tan honrosa para reparar todas las imprudencias que a causa de mi debilidad, había cometido. ¡Cuántas veces yo misma me he reprochado aquella conducta!
El auvernés elevó hasta el doctor su mirada, y le dijo con su amable acento, embellecido con este dejo propio del pueblo bajo parisiense: ¡Y bien, qué! Que he empinado un poco el codo. ¿Es acaso una razón para decirme esa sarta de necedades? ¿A qué llamas necedades, majadero? Te reprocho tus torpezas. ¿Por qué no colocaste tu dinero a interés en vez de bebértelo?
Si las miras son egoistas, el órden se pervierte, y la moralidad se disipa; cuando no hay miras de egoismo, y se obra principalmente á impulsos del sentimiento, la accion ya es bella, pero su carácter es mas bien de sensibilidad que de moralidad; mas cuando, con el corazon desgarrado por el dolor del sacrificio, la voluntad, precedida por la reflexion, manda este sacrificio, y se cumple el deber, porque es un deber; ó quizá se hace un acto no obligatorio, por el amor á su bondad moral, y porque el acto es agradable á Dios, vemos en la accion, algo tan bello, tan amable, tan digno de alabanza, que nos quedaríamos desconcertados si se nos preguntase entonces la razon del sentimiento respetuoso que experimentamos hácia la persona que por tan nobles motivos se sacrifica por sus semejantes.
Usted me permitirá que le diga otra cosa, ¿verdad que me lo permitirá...? Sí, sí, me lo permite usted... Pues bien, amigo Aldama, usted es muy sabio, tiene mucho talento, pero ¿qué falta le hace a ella el talento? ¿No le parece a usted? Yo no tengo talento, es usted demasiado amable profirió Tristán visiblemente molesto ya.
Su tía había sido muy amable ahorrándole las preguntas ociosas y explicaciones inútiles sobre su cambio de parecer, justificado por el amable paso de aquellas señoras y por la doble invitación que salvaba las inconveniencias. Ante aquella muestra de deferencia para su madre adoptiva, no podía ya Carlos ser más realista que el rey ni había ninguna razón para hacer el salvaje.
Palabra del Dia
Otros Mirando