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Actualizado: 2 de julio de 2025
Yo no sé, yo no sé qué es lo que tienen, pero ello es el caso que cuando agita el aire sus corolas suspiran por lo bajo... ¡Las flores son las almas de mujeres que en la tierra su crimen no purgaron, mujeres que murieron olvidadas después que tanto amaron, y ahora vagan sus almas de unas flores a otras emigrando, y en el crisol ardiente de sus penas purifican las huellas del pasado... ¡No arranquemos jamás con mano brusca una flor de su tallo: las flores tienen alma; las he oído gimiendo muchas veces por lo bajo...!
No he ido á la selva á buscar á ningún potentado; ni intento hacer allí una futura visita con el fin de ganarme la protección y favor de semejante personaje. Mi único objeto fué saludar á mi piadoso amigo el apóstol Eliot, y regocijarme con él por las muchas preciosas almas que ha arrancado á la idolatría.
Cuando caen enfermos, les piden salud y les ofrecen comidas, las que consumen en las sementeras y á la sombra del árbol llamado calumpang. Creen que las almas de los muertos vuelven á su casa al tercer día de su entierro, para visitar á la gente de ellas ó asistir á la ceremonia del tibao, que se reduce á tender un petate en el que esparcen ceniza, rodeando aquel de candelas amarillas.
Yo no sé cómo hay quien hable mal de la confesión; aparte de su carácter de institución divina, aun mirándola como asunto de utilidad humana ¿no comprende usted, y puede comprender cualquiera que es necesario este hospital de almas para los enfermos del espíritu?». El Magistral había hablado de las consultas que los periódicos protestantes establecen para dilucidar casos de conciencia. «Las señoras protestantes, que no tienen padre espiritual, acuden a la prensa. ¿No es esto ridículo?». El Provisor había sonreído con la voz.
El Auto de la Puente del mundo comienza con un diálogo entre el Mundo, el Orgullo y el príncipe de las Tinieblas, sobre la venida de Cristo, que aparecerá en forma de caballero cruzado, para redimir á las almas de la servidumbre del pecado. El príncipe de las Tinieblas ha construído un puente, por el cual han de pasar cuantos entren en el mundo.
En estos trastornos que desolan la creación, hay un bálsamo para las heridas del corazón, porque nuestras aflicciones son absorbidas por aflicciones tan augustas, y nuestra compasión se ve obligada a repartirse entre otras almas. A veces, por ejemplo, me identifico con esa naturaleza doliente y la abrazo entera a mi piedad.
La afición, pues, al regalo, á la pompa, á ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las almas de los decaídos sucesores de Francisco Javier, de Francisco de Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mártires de la fe de Cristo.
No: aquel santo asilo de almas consagradas a Dios y a la propaganda piadosa, no debían nunca verse sujetas a miserables tributos, pesquisas de profanos malévolos ni vejaciones parecidas.
La responsabilidad de tus faltas las tomo para mí y te dejo a ti la gloria de tus bellas acciones. ¡Y qué ingrato he sido contigo! Pero me has dado una de esas lecciones que son propias de las grandes almas. A mis ligerezas respondes con tu generosidad. JOAQUÍN. Te idolatro. ISIDORA. ¿Me he portado bien? JOAQUÍN. Como una princesa, como una reina.
Jorge se ríe de este pequeño, empírico y trivial curso de historia natural. Pero hablábamos me dice del orden moral. Ocurre otro tanto. El espíritu y la razón tienen tantos grados y diferencias como criaturas existen en el mundo. Tampoco hay caracteres iguales, como no hay un timbre de voz igual a otro, ni una mirada igual a otra mirada. Nuestras almas son tan distintas como nuestros rostros.
Palabra del Dia
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