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Actualizado: 2 de octubre de 2025
Pero no irían nunca tan allá esos aires de muerte, porque no abundaban las almas de Lucifer capaces de conducirlos. Por de pronto, las cosas iban del mejor modo posible, y la marquesa reconocía que Dios era demasiado bueno con ella dándola lo que la daba por fin y remate de una vida como la suya.
Alguno pensaba que quizá se trataba de un volcán cuyas llamas no se pueden ver a la luz del sol; pero Yurrumendi aseguraba que esta hoguera la hacían todas las noches las almas de los marineros del célebre pirata Kidd, que guardan allí un inmenso tesoro escondido.
Tragicomedia alegórica del paraiso y del infierno, moral representación del diverso camino que hacen las almas partiendo de esta presente vida, figurada por los dos navíos que aquí parecen: el uno del cielo y el otro del infierno, cuya subtil invención y materia en el argumento de la obra se puede ver.
La bruja, que recordaba que el año anterior Yégof había referido a las almas de los guerreros que sus innumerables ejércitos no tardarían en invadir el país, experimentaba una vaga inquietud.
Después de haber recapacitado, formado su plan, y hecho los convenientes preparativos para realizarle, el maestro, a solas una noche con su hijo, en la principal sala alta de la casa, al toque de ánimas, le habló de este modo: Mira, Raimundo, tú eres hijo de un zapatero y no puedes ni debes presumir de aristócrata; pero no conviene tampoco que por seguir ciertas opiniones, muy de moda en nuestros días, te des a creer que las almas heroicas, el semillero de las virtudes y de las proezas y los corazones donde brota el germen de los más nobles sentimientos, se hallan en las tabernas y en los presidios, y que la educación esmerada más bien agosta y comprime que desenvuelve tan excelentes facultades.
Es una curiosidad sorprendente para el extranjero, recorrer estas calles de diez á once de la mañana y de cinco á seis de la tarde, ir mirando á derecha é izquierda, y ver la mesa interminable á que asiste una poblacion de millon y medio de almas.
Y llovía sin cesar en la vieja ciudad de granito, y había pesadumbre, lágrimas y duelo hasta en las almas empedernidas. Conque ¿qué sería en las almas tiernas y sensibles? Felicita llevaba ya tres días sin ver a su adorado Novillo; los tres únicos días seguidos de ausencia en muchos años.
Necios celos me han traído De un deudo amigo fingido Y de una ingrata mujer. Cuando no os quisiera bien El Conde, mil almas fueran 2490 Las que estos ojos os dieran. DO
Y he aquí que el mismo lamento que anunció la muerte del gran dios de la Naturaleza, volvía a sonar como si reglamentase, con intervalos de siglos, las grandes mutaciones de la vida humana. «¡Cristo ha muerto!... ¡Cristo ha muerto!» Sí; ha muerto hace tiempo continuó el rebelde. Todas las almas oyen este grito misterioso en sus momentos de desesperación.
Pues no digamos nada, porque sería cuento de nunca acabar, de la mutua admiración que nacía en ambas almas al considerar el talento o la habilidad del objeto de su amor. Cada pedrada que tiraba Mutileder mataba un pajarillo y partía el corazón de Echeloría, a fuerza de entusiasmo.
Palabra del Dia
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