Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de junio de 2025
El Pamphilus, más que obra de un poeta, parece el frío y trabajoso estudio de un filólogo, cuyos personajes carecen de vida y de individual consistencia. La tragicomedia Celestina, en cambio, es y ha sido admirada siempre por la animación vigorosa y la variedad de los caracteres de cuantos personajes toman parte en la acción.
Los títulos de comedia, tragedia, tragicomedia, égloga, coloquio, diálogo, representación, auto y farsa, aluden, sin duda, á otros tantos géneros diversos. Parece, sin embargo, que estos nombres tenían mucho de arbitrarios, ó por lo menos no es fácil de encontrar un documento cualquiera, que pudiera explicarnos su significación y diferencias con toda claridad.
Todo se comprende, sin embargo, si consideramos la tragicomedia Celestina como la primera creación de una nueva era literaria en la que caben ciertos inspirados atrevimientos: una escena ideal, exenta de condiciones y requisitos y vacía de todo estorbo y no para que en ella aparezcan vagos y confusos los personajes, sino al contrario, para que más distintos y determinados se vean, como figuras que están en alta cumbre y se destacan y se dibujan en el azul sereno del firmamento sin nubes.
Dejando nosotros a un lado la moralidad, a fin de que no salga mal parada de esta cuestión en vez de salir victoriosa, y prescindiendo también del desafuero inverosímil que sirve de fundamento a los amores de Melibea y de Calixto, bien podemos afirmar que en todos los pormenores de la tragicomedia hay tan pasmoso realismo y tan bien observada y expresada pintura de caracteres y de afectos que, no ya los críticos españoles a quienes pudo cegar la vanidad patriótica, sino los más eminentes críticos de otros países, como Gervinus en su Historia de la poesía alemana, ponderan el influjo de La Celestina en la novela y en el drama de la edad moderna, y entienden que hasta la aparición de Shakespeare no hubo en la tierra más profundo observador ni más hábil pintor del alma humana que el bachiller Fernando de Rojas.
También las mujeres pagaron su tributo á la predilección con que se cultivaba la poesía dramática, contándose entre ellas á Doña Bernarda Ferreira de la Cerda, portuguesa instruída, llamada á Madrid por Felipe III para enseñar latín á las Infantas. Hay un tomo de comedias españolas de esta señora, y la tragicomedia Los jardines y campos Sabeos, Lisboa, 1627, de Doña Feliciana Enríquez de Guzmán.
Lope de Vega apostrofa de esta suerte, en su Laurel de Apolo, al capitán Virués: «¡Oh ingenio singular! en paz reposa, A quien las Musas cómicas debieron Los mejores principios que tuvieron; Celebradas tragedias escribiste.» Poca importancia debe darse también al título de tragicomedia, que suele preceder á algunos dramas españoles.
Dios mío se atrevió a decir la abuela, bastante divertida en el fondo por aquella tragicomedia. ¿Creen ustedes que el crimen no tiene excusa?... Petra es tan linda y tan seductora... Mi hija no debe ser linda ni seductora para quien no es de su clase gruñó el padre.
Es una respetable señora esta doña Eufrasia me contestó con ironía . Admirable tipo que hace revivir a mi lado la incomparable tragicomedia de Rodrigo Cota y Fernando de Rojas.
Pierio dice que á lo menos se llamarán tragicomedias . He aquí ahora cómo contesta á esta observación: «Si otra vez tomáis en la boca este nombre, me enojaré mucho. Digo que no hay en el mundo tragicomedia, y si el Amphitrion de Plauto se ha intitulado así, creed que es título impuesto inconsideradamente. ¿Vos no sabéis que son contrarios los fines de la tragedia y la comedia?
La Celestina, tragicomedia de Calixto y Melibea, es el título de un libro que apareció en Salamanca en el año de 1500, y uno de los más célebres de la literatura española. Esta extraña producción, semi-dramática y semi-novelesca, fué compuesta por dos escritores. El nombre del primero, que trazó su plan fundamental, aunque sólo escribiera un acto, no puede señalarse con entera evidencia.
Palabra del Dia
Otros Mirando