Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de junio de 2025
No se había hablado palabra de amor, es claro; ni don Álvaro se había permitido galantería alguna directa y sobrado significativa; mas no por eso dejaban de estar los dos convencidos de que por señas invisibles, por efluvios, por adivinación o como fuera, uno a otro se lo estaban diciendo todo; ella conocía que a don Álvaro le estaba quemando vivo la pasión allá abajo; que al sentirse admirado, tal vez amado en aquel momento, el agradecimiento tierno y dulce del amante y el amor irritado con el agradecimiento y con el señuelo de la ocasión le derretían; y Mesía comprendía y sentía lo que estaba pasando por Ana, aquel abandono, aquella flojedad del ánimo. «¡Lástima, pensaba el caballero, que me coja tan lejos, y a caballo, y sin poder apearme decorosamente, este momento crítico!...». Al cual momento groseramente llamaba él para sus adentros el cuarto de hora.
Admirado quedó el canónigo de oír la mezcla que don Quijote hacía de verdades y mentiras, y de ver la noticia que tenía de todas aquellas cosas tocantes y concernientes a los hechos de su andante caballería; y así, le respondió: -No puedo yo negar, señor don Quijote, que no sea verdad algo de lo que vuestra merced ha dicho, especialmente en lo que toca a los caballeros andantes españoles; y, asimesmo, quiero conceder que hubo Doce Pares de Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el arzobispo Turpín dellos escribe; porque la verdad dello es que fueron caballeros escogidos por los reyes de Francia, a quien llamaron pares por ser todos iguales en valor, en calidad y en valentía; a lo menos, si no lo eran, era razón que lo fuesen y era como una religión de las que ahora se usan de Santiago o de Calatrava, que se presupone que los que la profesan han de ser, o deben ser, caballeros valerosos, valientes y bien nacidos; y, como ahora dicen caballero de San Juan, o de Alcántara, decían en aquel tiempo caballero de los Doce Pares, porque no fueron doce iguales los que para esta religión militar se escogieron.
-Pues yo -dijo el lacayo- soy temeroso de mi conciencia, y pondríala en gran cargo si pasase adelante en esta batalla; y así, digo que yo me doy por vencido y que quiero casarme luego con aquella señora. Quedó admirado el maese de campo de las razones de Tosilos; y, como era uno de los sabidores de la máquina de aquel caso, no le supo responder palabra.
Pero Gallardo, lejos de la familia, con el pensamiento dominado por el recuerdo de doña Sol, parecía no comprender los peligros de que le hablaba el Nacional, y levantaba los hombros ante sus escrúpulos sentimentales. Necesitaba exteriorizar sus recuerdos, hacer partícipe al amigo de su pasada felicidad, con un impudor de amante satisfecho que desea ser admirado en su dicha.
Admirado quedó el del Verde Gabán del razonamiento de don Quijote, y tanto, que fue perdiendo de la opinión que con él tenía, de ser mentecato.
Calderón tiene una comedia con tal frase por título, y a cuyo final don Juan, por venir con quien viene, llega a reñir con su mismo padre, admirado de lo cual el gobernador de Verona, dice Vrsino: «A aquesto obliga el honor de quien a campaña sale con otro; que este es precepto de la ley del duelo.»
LOPE. Como decía, lo que más me ha admirado de todo ello, y lo que a vos sin duda también os sorprenderá, es la voz que corre de que el que acaudillaba a los rebeldes en la entrada del castillo era un difunto. NU
Cierto: faltan la intimidad de las provincias, el roce continuo, ciertas reuniones de confianza.... Y a propósito: creo haber entendido que pensaba usted dar algunas. ¡Es usted el mismo demonio! saltó don Simón, admirado de que también le hubiese leído su segundo pensamiento. ¿Luego es cierto? Pshé... volvió a responder el pobre hombre, sonriendo de gusto.
Por muy extraño que yo fuese a sus creencias, la había comprendido y había admirado su fe robusta y activa y aquel imperioso sentimiento del deber que podía más que sus timideces y hasta que su compasión. Y entonces también la adivinaba.
¡Qué admirado debió estar San Pablo con semejante éxito! exclamé con una risa tan ruidosa que la abuela se estremeció. San Pablo... murmuró con rencor, San Pablo es un mal santo.
Palabra del Dia
Otros Mirando